NUEVA YORK (ESTADOS UNIDOS).- Cuando se habla de parques urbanos Central Park es el mayor icono que se te viene a la cabeza. Aunque hay otros parques muy conocidos a lo largo del mundo como el Tiergarten de Berlín, el Retiro en Madrid o el londinense Hyde Park, el parque de referencia de la ciudad de Nueva York tiene una magia y un aura que le hacen tener un encanto especial.
Creo que una de las principales razones que lo hacen tan único es su estructura y ubicación. Central Park es un espacio verde completamente rectangular que ocupa una superficie de 3’4 kilómetros del centro de la isla de Manhattan, desde la calle 59 hasta la 110 a lo alto y desde Central Park West hasta la 5ª Avenida a lo ancho. Os recomiendo que subáis a lo alto del Rockefeller Center para que observéis la mejor vista aérea del parque que se puede conseguir en la ciudad. Ahí comprobaréis porqué considero que este espacio verde es algo excepcional. Vuestra vista se llenará de rascacielos en un radio de 360 grados hasta que de repente os percataréis de que en pleno centro de vuestra visión hay una inmensa alfombra verde. Da la impresión de que hubiera bajado un gran platillo volante y hubiera abducido una porción de la ciudad dejando ese espacio natural en su lugar. Una sensación de libertad, de aire, y de sosiego se apodera de ti al verlo.
Manhattan es un lugar que a veces puede parecer árido y en el que sólo alcanzas a ver cemento por todos lados pero Central Park está ahí para cumplir la misión de darle aire a la ciudad, de ser su corazón, su pulmón y la verdadera artería que la articula y la permite respirar. Este parque es lo que da a la ciudad y a los neoyorquinos la energía de la que precisan para vivir en la jungla de asfalto.
Otro de los grandes secretos por los que Central Park es único es por su carácter heterogéneo, el parque ofrece un sinfín de espacios y actividades entre las que es fácil encontrar un lugar en el que sentirse cómodo. Os sugiero la siguiente lista de 10 particularidades que hacen de Central Park algo único y para todos los gustos:
Sentarse en este gran prado y contemplar los rascacielos que rodean al parque es una experiencia mágica en la que se une naturaleza y urbanismo. Junto a la otra gran pradera del parque, la Great Lawn, es el lugar preferido de los neoyorquinos para hacer un picnic, jugar con los niños o simplemente tomar el sol.
Localización de innumerables escenas de películas y series de televisión, esta especie de terraza con vistas al lago viene a ser el centro no oficial del parque. Se accede a ella a través de unas suntuosas escaleras de piedra o pasando a través de un espectacular pasadizo porticado. Alberga una gran fuente coronada por la estatua del Ángel de las Aguas y es uno de los lugares preferido para sacarse fotos.
Este poético lago es ideal para alquilar una barca y disfrutar de un romántico paseo. El restaurante Boathouse es un lugar con encanto para comer y relajarse contemplando el lago.
Junto con el Boathouse es el único restaurante del parque. Especialmente indicado para bodas y eventos su jardín alberga divertidos arbustos podados con formas de animales.
Actualmente un observatorio meteorológico, desde lo alto de su torre se disfruta unas de las mejores vistas del parque. A sus faldas está el Turtle Pad, estanque repleto de tortugas.
Este mosaico donde se lee la palabra "Imagine" es un monumento en recuerdo aJohn Lennon y lugar de peregrinaje de los fans del cantante. Está situado en una de las entradas al oeste del parque, al lado del edificio Dakota donde vivía el Beatle junto a Yoko Ono.
Lugar donde en verano se celebran el Shakespeare in the Park, festival con representaciones gratuitas de las obras del escritor universal.
Siéntete como un niño y súbete a esté clásico carrusel en el que se puede oír de fondo la música que suena en la escena del parque de «Mary Poppins». Muy apropiado ya que recuerda mucho al que aparecía en la película de la niñera británica.
Todo el parque tiene un aire de lugar de cuento por lo que es normal que entre las múltiples estatuas que cuenta Central Park haya una dedicada a Alicia en el País de las Maravillas y otra a Hans Christian Andersen.
Además de los colindantes Guggenheim y Museo de Historia Natural dentro del mismo parque se encuentra el Metropolitan Museum. Actualmente se puede subir a la terraza del museo donde contemplaréis una vista panorámica del parque además de tres coloridas obras de Jeff Koons.
Además de todos estos lugares, para los deportistas hay campos de volleyball, baseball, se puede patinar, correr, andar en bicicleta… y para los románticos una buena idea es un paseo en un clásico coche de caballos. Mi recomendación es que os dejéis llevar y hagáis lo que os apetezca entre todas las posibilidades que os brinda el parque. Los neoyorquinos lo aprecian como el corazón y el pulmón de la ciudad que es, da igual que vayan asiduamente o no, saben que Central Park es su aliado y está ahí para descongestionar la urbe y para que Manhattan recargue sus fuerzas.
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