Madrid.- Tres años después de cumplir su condena por 25 asesinatos cometidos entre 1983 y 1987, el etarra Juan Ignacio de Juana Chaos ha abandonado esta mañana la cárcel, donde ha pasado 21 años de los 3.000 a los que fue condenado.
Acompañado por dos abogados y su mujer, Irati Aranzabal,el terrorista ha salido a primera hora de la mañana de la prisión de Aranjuez (Madrid) donde ha cumplido la última condena de tres años que le impuso el Tribunal Supremo en 2007 por dos delitos de amenazas en sendos artículos publicados en el diario 'Gara'.
Por sus 25 crímenes cometidos en apenas cuatro años -entre ellos, el atentado que costó la vida a doce militares en la Plaza República Dominicana de Madrid en 1986-, De Juana ha cumplido 21 años de prisión (menos de un año por víctima). El terrorista se aprovechó de los beneficios penitenciarios que concedía el Código Penal franquista con el que fue condenado. Sin embargo, en febrero de 2005 -cuando tenía que abandonar la cárcel- el Estado de Derecho trató de ampliar su reclusión e inició un proceso por dos artículos en los que amenazaba a la directora general de Prisiones y al presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia.
El etarra, que no se ha arrepentido nunca de sus crímenes, se convirtió en estrella mediática durante el pasado proceso de paz, que aniquiló ETA con el atentado de Barajas. Como medida de presión para su puesta en libertad, el sanguinario terrorista ha iniciado tres huelgas de hambre. La que protagonizó durante la tregua tuvo un eco mediático internacional sin precedentes. El caso fue utilizado por la izquierda 'abertzale' para recrudecer la violencia callejera y por el principal partido de la oposición y las asociaciones de víctimas del terrorismo como instrumento de desgaste al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero. Finalmente, la Justicia decidió condenarle a tres años más de prisión, que hoy ha terminado de cumplir.
A lo largo de estos 21 años encarcelados, José Ignacio de Juana Chaos ha sido uno de los presos etarras más reivindicativos y polémicos entre rejas. Además de sus escritos, ha jaleado la continuidad de la violencia y el asesinato. Durante la década de los 90 pidió champán para celebrar los asesinatos de guardias civiles y políticos y llegó a mofarse del crimen perpetrado contra un concejal 'popular' de Sevilla y su esposa en 1998: "Sus lloros son nuestras sonrisas y terminaremos a carcajada limpia". El Gobierno de entonces no instó ninguna investigación contra él para tratar de ampliar su condena imputándole nuevos delitos.
La salida de la cárcel de este terrorista ha venido precedida de una nueva polémica al trascender que es posible que su futuro domicilio esté en una vivienda que ha comprado su esposa, Irati Aranzabal, en el barrio de Amara de San Sebastián (Guipúzcoa) y en el mismo bloque en el que reside una viuda de un militar asesinado por ETA.
El pasado 16 de julio la Fiscalía ordenó el "embargo fulminante" de la vivienda del preso y, ese mismo día, De Juana inició una huelga de hambre que ha mantenido hasta hoy. En este sentido, la Audiencia Nacional ha confirmado que ya está investigando el patrimonio del preso etarra para comprobar si De Juana Chaos posee algún bien con el que hacer frente a las indemnizaciones a las que fue condenado para resarcir a sus víctimas.
El Gobierno, según dijo ayer la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, hará todo lo posible para proteger a las víctimas del terrorismo y no va a permitir que sufran ni "la más mínima ofensa".
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