En tan solo 14 horas, cuatro pequeños pandas han visto la luz este fin de semana en el centro chino de Chengdu, en tres partos diferentes. Una buena noticia tras los graves daños que causó el último seísmo en el hábitat de estos oseznos.
El primer nacimiento se produjo en la tarde del sábado, cuando la osa Qiyuan ("Suerte Mágica") de nueve años dio a luz a dos hembras gemelas. Una hora después aproximadamente, la osa Chenggong ("Éxito"), de ocho años, alumbró a un nuevo osezno. El último parto se produjo en la madrugada del domingo, cuando un robusto cachorro de 186 gramos nació del vientre de la osa Zhuzhu ("Perla") de ocho años.
Los nacimientos tuvieron lugar en el Centro de Investigación de Osos Pandas de Chengdu, en el suroeste de China, un centro que vela por el cuidado de los pandas desde 1987. El centro comenzó con tan sólo seis pandas gigantes y hoy acoge a 71 osos en sus más de 100 hectáreas (que prevén ampliar a 200), todos nacidos en cautividad. Hasta el año pasado se contabilizaron 110 cachorros de panda en el centro, de los cuales sobrevivieron 70. Expertos chinos aseguran que actualmente hay cerca de 1.600 pandas en libertad en China, la mayoría en las provincias de Sichuan, Shaanxi y Gansu.
A pesar de que no son los primeros pandas que nacen este año -a primeros de julio vieron la luz los cachorros de Guo Guo-, esta ola de nacimientos es, sin duda, un hecho esperanzador ante la difícil situación de estos animales. Aún son recientes las heridas que dejó el terremoto del pasado 12 de mayo: los daños en la reserva natural de osos panda de Wolong fueron muy graves y uno de los pandas murió a consecuencia del seísmo. Los bosques de bambú, principal fuente de alimento de los pandas, también fueron dañados, lo que provocó que muchos osos de la reserva tuvieran que estar 'a dieta' tras el seísmo.
Este desastre también perjudicó la llegada del turismo a la zona, y en consecuencia, a los ingresos que mantienen al centro. Antes del terremoto, Chengdu recibía entre 3.000 y 5.000 visitantes al día; tras el 12 de mayo, esta cifra se redujo a 30 o 50 turistas, lo que supone una pérdida de 15 millones de yuanes chinos (cerca de 1.400.000 de euros) en ingresos por turismo. Esta situación provocó que el centro tomara medidas drásticas que afectaron a los animales, como la reducción del alimento de los pandas a 50 kilos por oso y día, comparado a los 70-89 kilos que tenían antes del terremoto.
La dificultad de reproducción de los pandas es otro de los factores que hacen que este osezno se encuentre en peligro de extinción. El animal vive en soledad hasta el momento del apareamiento lo que hace que su reproducción no sea fácil ni siquiera en estado salvaje. La pérdida de su hábitat y la endogamia son otras causas que no ayudan al aumento de la población de estos plantígrados. Por estas razones, los investigadores siguen trabajando en las técnicas de reproducción artificial que están facilitando el nacimiento de nuevas crías de panda gigante, en muchos casos, gemelos.
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