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El Papa busca en Madrid otra ocasión para 'salvar' a los jóvenes de su apatía

  • Los miembros de los movimientos laicos tienen más notoriedad que los de las parroquias
  • Rouco Varela recibe un espaldarazo de Roma y colocará un broche de oro a su trayectoria
Por EDU SÁNCHEZ (SOITU.ES)
Actualizado 28-07-2008 08:53 CET

La decisión del Papa de elegir Madrid como sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud ha colmado las expectativas que desde hace meses se traía entre manos la Iglesia española. Sin embargo, aún quedan tres años por delante para comprobar si esta 'beatificación' de Rouco en vida logra vencer la apatía religiosa, cada vez más asentada, de los jóvenes españoles. El reto para la Iglesia, por tanto, será conseguir que en 2011 se vean en la capital más camisetas con el 'B-16' (de Benedicto XVI) en la espalda de las que se han contemplado en Sidney.

El júbilo estalló entre los españoles que se despedían del Papa en Sidney cuando éste emplazó a los jóvenes a verse dentro de tres años en Madrid. Era un secreto a voces, pero no pudieron evitar la emoción. "La elección la hemos acogido con mucha alegría, aunque esto no es como los Oscar", señala Francisco Javier López Atanes, director del programa 'Esperanza 2000' de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP).

Esta asociación, que rinde obediencia a la jerarquía de la Iglesia, mantiene una fuerte vinculación con la juventud desde su fundación (originalmente se conocía como 'Asociación Nacional de Jóvenes Propagandistas'). López Atanes tiene ahora la responsabilidad de dirigir un programa destinado a jóvenes católicos. El objetivo del mismo es dar tablas a los creyentes para que sepan debatir cuando en la calle se presenten temas espinosos como el aborto, la eutanasia, la investigación con células madre o el laicismo. "Se ha desatendido mucho esta faceta en los últimos años", argumenta.

El número de miembros de este programa no es muy boyante (entre 60 y 100, según el momento). "Es cierto que todas las estadísticas reflejan la apatía de la juventud hacia la religión", reconoce. Para López Atanes las razones hay que buscarlas en el descenso demográfico de Europa -y, por tanto, de los jóvenes en general, y de los jóvenes católicos en particular- y en el hecho de que ahora "muchas personas encuentran su fe a lo largo de la vida, cuando son adultos".

La Iglesia sin adjetivos

Son cada vez menos -según las estadísticas- pero con un creciente protagonismo mediático. Los 'pupilos' más acérrimos de la doctrina de Roma (nada de condón, ni matrimonios gays, ni relaciones sexuales antes de casarse) suelen ser protagonistas de las homilías al aire libre y las protestas en la calle contra el Gobierno o las clínicas abortistas. "Lo que ocurre es que en la Iglesia sin adjetivos, esa que no está vinculada a ningún movimiento tipo los 'kikos' o los 'legionarios', los jóvenes están cada vez más ocultos, porque no se sienten representados por las obsesiones de la jerarquía", explica Jesús Bastante, escritor y experto en asuntos religiosos.

A esa Iglesia sin adjetivos pertenece el padre José Valdavida. Con sus 76 años, "pero con mucha juventud acumulada", Valdavida sigue al frente de 'Cristianos Sin Fronteras', que fundó en 1971. Desde entonces, esta asociación ha trabajado por otro tipo de cristianos, más cercanos al mundo en continuo cambio. "Siempre nos hemos opuesto a constituirnos como comunidad. Queremos ser la levadura de las parroquias, y que sea en ellas donde la gente anime y trabaje para adaptarnos a las transformaciones", señala Valdavida con su eterna jovialidad.

Le encontramos en Silos (Burgos), donde cada verano celebran los Encuentros Misioneros de Silos, en los que se habla de todos los temas con "libertad y sin adoctrinamientos". "Aquí tiene cabida todo el mundo. Nosotros creemos en un mundo cambiante, no cambiado. Ya decía Jesús que el espíritu es como el viento y como el agua: cuando se encuentra con un obstáculo, no se detiene, sino que trata de sortearlo". Por eso, ante los nuevos retos como el uso del preservativo, la investigación o los nuevos modelos de familia, se abre el debate.

Un broche de oro a la trayectoria de Rouco

Pero, ¿son antagónicas estas dos maneras de entender el cristianismo? Algunos hechos parecen demostrar que no. El padre José fue uno de los que organizaron en 1989 la Jornada Mundial de la Juventud que convocó Juan Pablo II en Santiago de Compostela. "Me llamó el entonces obispo de la ciudad, Rouco Varela -mira qué casualidad-", vuelve a soltar una carcajada. Lo único que le pidió fue cambiar el nombre del equipo: de 'Servicio del Orden', "que me sonaba a guardia con porra y bigote", a VAS ("Voluntarios de Animación y Servicio"), que es la denominación con la que se ha quedado.

Ahora, 22 años después, Rouco vuelve a ser el protagonista. Tendrá bajo su responsabilidad estas segundas Jornadas de la Juventud celebradas en España. Roma sigue confiando ciegamente en él. "Será el broche de oro a su trayectoria, pues con los 75 años que tendrá entonces, los cardenales presentan su renuncia", recuerda José Manuel Vidal, periodista especializado en Religión del diario 'El Mundo'. "Será su paso a la historia de la Iglesia, al organizar uno de los actos más multitudinarios de Benedicto XVI", señala Bastante.

La elección de España, y más en concreto de Madrid, no está carente de intencionalidad. "Con esta decisión, el Vaticano da un espaldarazo a la figura de Rouco. Supone un reconocimiento a su labor durante los últimos años", apunta Vidal, en referencia a los enfrentamientos que ha mantenido con el Gobierno de Zapatero. Además, tanto Vidal como Bastante coinciden al considerar que para Benedicto XVI, nuestro país tiene una especial importancia. "Las políticas sociales de los Gobiernos españoles tienen una fuerte influencia en América Latina, el gran vivero del catolicismo actual".

El reto es mejorar el diálogo con la juventud

Rouco tiene ahora la gran oportunidad de su vida para ganarse el cielo. Su reto será ofrecer un gran acto al Papa, demostrar al mundo esa capacidad de movilización que demostró, por ejemplo, con la manifestación de finales del año pasado llenando la Plaza de Colon en plena Navidad. Pero sin armar mucha bronca ni levantar más trincheras con el Ejecutivo. "Se tenderán puentes y se alcanzarán acuerdos con el Gobierno de Zapatero por interés mutuo", pronostica Bastante. Aunque la cosa está difícil, porque sobre la mesa están el derecho a la muerte asistida, la ampliación del aborto o la revisión de los Acuerdos con la Santa Sede.

El Papa, por su parte, tiene otro gran reto en Madrid, más allá de batir récord de jóvenes vitoreándole como una estrella del rock y portando su camiseta de B-16 a la espalda. "Tenemos tres años por delante para mejorar nuestro dialogo con la juventud", apunta Valdavida, que se lamenta de esa falta de entendimiento entre generaciones. Para el experto Bastante el reto será dar "una respuesta a los problemas que tienen los jóvenes del siglo XXI, para que el evento no sirva sólo para que dos millones de personas vengan a ver al Papa de cerca, sino para que su mensaje deje algo de poso".

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