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Misas surferas al son del rock alternativo

Por IRENE GARCÍA (SOITU.ES)
Actualizado 10-07-2008 11:26 CET

SANTA CRUZ (CALIFORNIA).-  California no es precisamente el cinturón de la Biblia. Pero al igual que en el resto de Estados Unidos, salir de casa y recorrer una de las principales avenidas de Santa Cruz supone dar con al menos un par de iglesias por el camino. Alexis de Tocqueville sería el primero de muchos en observar en la separación entre Iglesia y Estado, expresada en la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, el motivo por el que la religión en Norteamérica florece aún siendo uno de los países más modernizados del mundo. Y ello contradiciendo a aquellos que proclamaron allá por los tiempos en que Europa andaba envuelta en revoluciones, que la razón iluminaría el mundo de tinieblas al que la religión le tenía sometido, borrando a ésta de la faz del planeta.

Porque aunque muchos simpaticemos con este proyecto, debemos aceptar que no se ha cumplido y que, por mucho que nos pese, probablemente no se cumpla nunca. Y de ello son precisamente prueba los Estados Unidos, donde la religión, sin un apoyo estatal que ayude a su financiación,se configura en forma de feroz mercado en el que las empresas/iglesias se encuentran al acecho constante de nuevos clientes/creyentes.

Y en esta lucha, el ofrecer un producto que resulte atractivo a los jóvenes de entre 15 y 30 años, grupo de edad que más se resiste a la asistencia dominical a misa, se ha convertido en uno de los principales retos para las iglesias pertenecientes al movimiento evangélico norteamericano..

Con tal fin, algunos templos han creado servicios alternativos a los de los adultos. Así, Twin Lakes Church, en el condado de Santa Cruz, ofrece una misa juvenil que tiene lugar en un emplazamiento contiguo a la de los mayores, y que se desarrolla en un tono más distendido y con una mayor participación por parte del público, ya sea ésta en el propio sermón o dando rienda suelta a la creatividad de los jóvenes en forma de música o pintura.

Otras iglesias han ido un poco más allá y se han especializado en determinados sectores sociales. Tal es el caso de Elevation, el servicio de la tarde de los domingos concebido por Santa Cruz Bible Church, en el que un predicador amante de las motos ha decidido que meter cuatro harleys en el templo junto a una banda de rock cantando a Dios durante los treinta minutos previos y posteriores al sermón, es la estrategia más efectiva para convertir al evangelismo más fundamentalista a una panda de jóvenes moteros descarriados.

Pero quizás el caso paradigmático sea el de Vintage Faith, centro también situado en la ciudad de Santa Cruz, y que se ha convertido en modelo de referencia para el resto del país, encabezando lo que se ha dado a conocer como el movimiento de la Emerging Church. Dirigida por el pastor rockabilly Dan Kimball, autor del libro de cabecera para pastores primerizos 'Emerging Church: Vintage Christianity for New Generations' (La Iglesia Emergente: Cristianismo Clásico para Nuevas Generaciones), Vintage Faith ha conseguido que su público esté compuesto fundamentalmente por el grupo de edad ya mencionado en lugar de la tradicional congregación constituida por familias de mediana y tercera edad, dando forma a un espacio en el que acomodar a quienes les gusta Jesucristo pero no la iglesia. La iglesia que no gusta, con la que un joven creyente no quisiera ser relacionado, es la identificada con los Jesus freaks, esa imagen que viene a la cabeza de todo estadounidense al oír la palabra evangélico, y que tan mala fama cosechó a raíz de la incursión en política del movimiento, su sobrepresencia en la arena pública y los escándalos televangelistas durante la década de los 80.

Lo que Kimball pretende no es otra cosa que construir una iglesia en el mundo, formada por una congregación que vive dentro de la sociedad americana y no en sus márgenes, aunque manteniendo siempre unas barreras capaces de contener una excesiva contaminación, pues estar dentro de la misma no significa que haya que ser parte activa de la sociedad y cultura americanas. Y para producir esta imagen de cristianos con los pies en la tierra, el conjunto de valores y creencias que Vintage Faith profesa han quedado de una u otra forma escondidos tras los sermones de Dan, la música rock alternativa que acompaña a la misa y un logotipo que está más cerca de parecerse al de cualquier marca de tablas de surf que al de la parroquia de mi barrio. Pues es importante señalar que Vintage Faith comparte el mismo conjunto de doctrinas de aquellos de quienes pretende distanciarse, sí, los Jesus freaks, pero digamos que más de tapadillo, de forma que si eres joven y en tu opinión Jesucristo es un tipo guay, se asumen con más facilidad, adquiriendo por otra parte un tono de cierta «normalidad» para quienes miramos desde fuera.

Así que tal vez la Iglesia Católica española debería aplicarse el cuento y seguir el ejemplo de Kimball si lo que pretende es devolvernos a la España de valores católicos en la que el matrimonio sea una institución sagrada entre un hombre y una mujer y pueda vivir a expensas de las arcas del Estado, dirigiendo de esta manera a la nación hacia las puertas de la eternidad en el Cielo. Personalmente, prefiero arder en las llamas del infierno.



Irene García está investigando en California para su doctorado de la Universidad Complutense en 'Movimientos Evangélicos Americanos'.

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