Quito.- El gobernante ecuatoriano, Rafael Correa, presidió hoy el festival "Todos somos migrantes" en el centro histórico de Quito, donde aprovechó para arremeter contra la directiva de retorno de inmigrantes ilegales aprobada por la Unión Europea (UE).
El emigrante "no es un criminal, no es un delincuente; por el contrario, frecuentemente es un ejemplo de vida", remarcó Correa ante la multitud congregada en la Plaza de San Francisco.
El mandatario dijo que su pueblo está "indignado" por la aprobación de la directiva de retorno en el Parlamento Europeo, ya que a su juicio esa norma "criminaliza" a los inmigrantes.
"Es una crueldad digna de bárbaros", afirmó Correa al criticar la norma europea, que prevé entre otros aspectos que los indocumentados puedan ser retenidos por un período máximo de 18 meses en casos excepcionales mientras se tramita su repatriación.
Es "una afrenta a la inteligencia, una bofetada a la dignidad" y una "verdadera puñalada por la espalda a la humanidad", enfatizó el presidente.
Correa envió un saludo a decenas de emigrantes que se encuentran en varios países, especialmente de España y Estados Unidos, y que participaron en el festival a través de videoconferencias que se reprodujeron en pantallas gigantes instaladas en el lugar de la concentración.
"Sabemos que (los emigrantes) llevan la patria en el corazón, porque se fueron para volver, y ellos deben saber que siempre estarán abiertas las puertas" para que regresen, sostuvo Correa.
"Vuelvan, juntos podemos sacar el país adelante", añadió el jefe del Estado, que volvió a criticar la globalización por considerar que sólo busca un objetivo comercial y financiero.
Según Correa, la "tan cacareada globalización" sólo se ha discutido para movilizar mercancías y capitales, dejando fuera a las personas, y remarcó que los que pregonan esa estrategia "son los que ponen muros en las fronteras" contra los inmigrantes.
De su lado, la secretaria del Migrante, Lorena Escudero, destacó la voluntad del Gobierno de Correa para convocar a todos los países latinoamericanos y hacer un frente común contra el endurecimiento de las medidas migratorias.
"Los últimos acontecimientos en Europa y en EE.UU. nos sitúan en escenarios perversos de expulsiones masivas ejecutadas contra la dignidad de las personas", añadió Escudero.
"Asistimos con dolor a la configuración de los Estados frontera, de los Estados prisión", subrayó.
Remarcó que, para Ecuador, "no existen seres humanos ilegales, sino prácticas que vulneran los derechos de las personas".
Finalmente, Escudero entregó a Correa, de forma simbólica, un "pasaporte universal de ciudadano del mundo".
La persona que porte ese documento "tiene permiso indefinido para viajar libremente por el planeta, no será objeto de ningún tipo de discriminación, violencia, persecución, detención, encierro, expulsión o cualquier otra acción, actitudes o medidas administrativas que atenten o amenacen su dignidad, integridad física o moral", detalló Escudero.
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