Las chicas de la Eurocopa

¿No se han enterado? La selección española de fútbol es campeona de Europa. Sí, por eso la noche del domingo medio país estaba en la calle saltando, dando voces y tocando el claxon de sus utilitarios y de sus Hummers con la bandera rojigualda al viento. No, no tuvo nada que ver con la boda de la Esteban. Pero oye, que la Tigresa de San Blas sea muy feliz, ¿eh? Que ha sufrido mucho esa mujer.

Volvamos a lo nuestro. Esta selección ha jugado seis partidos, seis, y los ha ganado todos. Por el camino se ha merendado a la Italia Campeona del Mundo, y en la final pasó el rodillo por encima del Muro Alemán. Lahm todavía está pensando por dónde demonios le pasó Torres. Pues por encima, Lahm, por encima.

Sin embargo, el objetivo de este artículo no es glosar la gesta, que para eso ya tienen en esta misma página a gente que lo hace mucho mejor. Hoy quiero recordar a las aficiones que se han dejado los cuartos en acudir a Austria y a Suiza para apoyar a sus selecciones, cogiendo vacaciones en sus trabajos o inventándose enfermedades para pillar la baja. Y entre todos esos fans, hemos seleccionado cuatro rostros que representan a los cuatro países que llegaron a las semifinales. Cuatro rostros femeninos, jóvenes y bellos. Que para eso este artículo se lo curra un servidor, y no estaba muy por la labor de dibujar a cuatro rostros masculinos, viejos y feos. Empecemos.

Rusia

El equipo ruso posee una acumulación de talento de muchos quilates. Ahora bien, su capacidad de sacrificio es equivalente a la de Judas Iscariote cuando vendió a su rabbí.

El jugador ruso es lacónico por naturaleza. Arshavin, su estrella, se pasea por el campo cuando no tiene el balón como un condenado que se dirige al corredor de la muerte. Pero en la grada son otra cosa.

Espoleados por el vodka, los rusos corean y animan con poca ropa y mucha energía. Como esta chica de más allá de los Urales, que no duda en deleitarnos enseñándonos su bella espalda. ¡Spasibo!

Turquía

Mi conocimiento de la sociedad turca se reduce al adquirido durante el visionado de ‘3 Dev Adam’, filme otomano que mezcla sin pudor al Capitán América, el Santo y Spiderman (¡qué es el malo de la peli!) sueltos por Estambul, dándose mamporros, bebiendo whisky a todas horas y acudiendo a lupanares donde se menea el vientre.

El aficionado turco es ruidoso, aguerrido y místico. Como esta chica turca, que imploró al cielo para que Nihat le diera la vuelta al marcador en la semifinal contra Alemania. Con esos ojos, fue una verdadera lástima que nadie le hiciera caso.

Alemania

Serios, trabajadores y racionales. Ninguno de esos tres adjetivos se ajusta al alemán que veranea en Mallorca, pero bueno, no neguemos que la selección alemana sí se pliega bastante a este esquema. Lamentablemente (para ellos) con eso no basta para ganar un torneo, y ya llevan varias finales perdidas en los últimos años.

El alemán se está acostumbrando a perder. Esta aficionada alemana, sin embargo, miraba altiva al graderío con sus maxi-gafas de sol… a ver si alguien le invitaba a una cerveza.

¡Es-pa-ña!

Cuarenta y cuatro años sin ganar un torneo son demasiados años. Pero la maldición (rota, por fin) de la selección nunca impidió que los nuestros acudieran a las citas internacionales vestidos de torero, con pelucas multicolores, arropando a Manolo el del Bombo y tarareando un himno sin letra.

Nuestra chica española acudió a Austria y Suiza dándolo todo, con sus piercings, sus mechas, sus gafas de sol, sus pinturas de guerra bien visibles y su tatuaje del conejito de Playboy. Por una vez, ella ha vuelto como una campeona, y al igual que nuestros internacionales, esta chica también será recibida con los brazos abiertos. ¡Viva España!