España, por fin campeona de Europa

España ha conquistado la segunda Eurocopa de su historia. La final ante Alemania ha sido un partido tosco, en el que los españoles han impuesto su calidad, han llevado la iniciativa y han desmontado el rodillo alemán.

España se ha plantado en esta final como aquel que se adentra en un terreno desconocido. No es algo extraño, porque ninguno de los jugadores convocados había llegado más allá de los cuartos de final en una gran competición con la selección. Y esta extrañeza se ha visto al arranque del partido, cuando el nerviosismo de los de Aragonés ha sido realmente inquietante. Los jugadores españoles eran incapaces de hacer su fútbol: pararse y tocar la pelota. Los fallos de concentración de los jugadores españoles, muy precipitados, se traducían en enormes lagunas defensivas. En resumen, 15 minutos de arreones germanos, con algunos tiros lejanos y un Ballack muy activo.

A continuación, los españoles, aunque sin imponer su juego de toque, lograron ganar terreno a los alemanes. Una de las claves de este cambio fue la actuación de Fernando Torres, muy inquieto durante todo el partido. El delantero del Liverpool, al ser el único delantero de 'La Roja' tras la lesión de Villa, gozaba de mucho más espacio en el balcón del área de los germanos. Además, la lentitud de los centrales alemanes convertía la explosividad de Torres en un auténtica amenaza. Esta amenaza se materializó con un golazo del número nueve español. Un pase magistral de Xavi fue aprovechado por Fernando Torres, que ganó la espalda a Lahm por velocidad, y picó con habilidad por encima de Lehmann. Era el minuto 33 y el partido se ponía de cara para España.

En la segunda parte, se ha mantenido la misma tónica con la que se llegaba a la conclusión de la primera mitad. Esto es, los jugadores españoles imponían su calidad sobre un medio campo alemán con muchos problemas a la hora de crear juego. España llevaba la iniciativa, ahogaba a los ¿creadores? alemanes y se lanzaban al cuello para aprovechar cualquier imprecisión de los jugadores alemanes. Xavi ha demostrado una madurez y una gran capacidad para manejar un partido tan tosco como el que planteaban los alemanes, que, sin embargo, no habían dicho su última palabra.

Y es que, a partir del minuto 55 los alemanes empezaron a crecerse y los españoles volvieron a sentir los nervios a flor de piel. Los alemanes estaban más agresivos, aunque los defensas españoles respondieron en las jugadas más comprometidas, al igual que Iker Casillas, que se crecía entre las dudas de sus compañeros. Lo mismo podría decirse de un Senna inconmensurable, brutal. El mejor jugador español en el torneo, si es que es posible destacar a uno de ellos.

Tras el segundo gran arreón germano, el juego se ha estabilizado y España ha gozado de varias ocasiones, como un disparo lejano de Iniesta o un balón al que Senna no ha llegado por milímetros. La entrada de Xabi Alonso y Cazorla ayudó mucho para estabilizar el juego. Los alemanes, muy carentes de calidad y de personalidad, no pudieron traspasar la tela de araña que Senna construyó en el medio campo. Y, tras un final intenso, en el que los españoles nunca renunciaron a la iniciativa, los de Aragonés levantaron la segunda Eurocopa de su historia. El partido ha sido muy tosco, trabado, y los españoles han sabido jugar con oficio. El rodillo alemán no pudo hacer absolutamente nada ante la aplastante superioridad de una generación de ensueño de futbolistas españoles.

El torneo ha sido absolutamente perfecto. España ha ganado todos los partidos y no ha habido lugar a dudas en cuanto a su juego. Ha sabido jugar con diferentes recursos. Enhorabuena, y a disfrutar.