En estos días en que el estilo pin up y la autenticidad vintage son señales de garantía, vemos cómo el mundo de la cosmética y la belleza también se ha unido a esta tendencia. Y lo ha hecho de dos maneras: bien transformando su 'packaging' en un estilo retro que recuerda al glamour de épocas como los años 20 o 50; bien ofreciendo productos que nos permiten parecernos, aunque sea ligeramente, a una Dita von Teese. Incluso los hay que aúnan las dos características.
No podemos empezar sino por una de las firmas de las que más se habla en estos días, por lo original de sus productos, lo divertido de sus nombres, por su calidad y por sus envases de inspiración vintage. Hablamos de Benefit Cosmetics, cuyos 'packagings' tienen un aspecto deliciosamente antiguo, aunque su contenido es muy innovador y con efectos para nada de los 50.
Pero son más las marcas que se han apuntado a este envoltorio retro tan elegante para seducir a sus compradoras, especialmente en el mundo del maquillaje. La nueva versión de la fragancia Rock & Rose de Valentino ha disfrazado a su frasco con un mini vestido de encaje negro y un broche de rosa, sugerente y con reminiscencias a tiempos pasados. Una marca vintage en sí misma, Avon, ha lanzado una colección de perfumes en colaboración con Christian Lacroix, que ya desde los nombres, Rouge y Noir, inspiran una antigua elegancia, al igual que sus frascos. La fragancia homónima de Chloé para mujer también comparte los aires retro en su frasco, pero mucho más sobrio y chic que las anteriores.
Continuando con los productos de 'falso vintage', nos encontramos esta barra de labios con decoración floral y reminiscencias del pasado, de la mano de una firma joven como es Stila. El cofre de sombras Flower Blossom de Dior también tiene flores en su interior formando una composición que recuerda vagamente al modernismo. La autenticidad es una de las señas de referencia de L’Occitane, que también aplica a sus envases; atentos a estos sencillos y funcionales tubos de crema de manos de alumino con el logo de la marca, que nos recuerda un poco a la época en la que los cosméticos aún se vendían en envases poco elaborados.
Para cerrar este recorrido por firmas pseudo-retro, nos quedamos con dos muy divertidas. Una es Pan Hand Girl, que ha envasado sus pastillas de jabón en originales cajas con ilustraciones muy 50’s. Otra es la marca The Balm, que ya con su nombre (Sexy Mama) va avanzando que la ilustración de la caja que contiene estos polvos compactos es de una sensual pin up en ropa interior.
Pero, para autenticidad de la buena, aún podemos recurrir a productos casi centenarios que incluso mantienen sus envases originales y que ya hoy son verdaderos mitos de la cosmética. Hoy se han renovado las fórmulas y se han adaptado a nuestros tiempos, pero mantienen el encanto y el aspecto añejo de tiempos pasados. Un mito son ya los meteoritos de Guerlain, unos polvos sueltos iluminadores del rostro que son de los más vendidos de la firma. La cajita, ya célebre, combina el dibujo dorado con el fondo simulando pintura. En la misma firma también existe aún un eyeliner con pincel, Divinora, en el formato en el que se empezó a comercializar este producto. Sólo apto para las que tengan buen pulso y paciencia.
Este año se ha reeditado la máscara de Glorious Helena Rubinstein a imagen y semejanza de las primeras máscaras de pestañas automáticas de los años 50. Su envase es dorado y recuerda al antiguo glamour de las actrices de los años dorados de Hollywood, pero su fórmula es del siglo XXI, es decir, que alarga, da volumen y curvatura. ¿Un 'rouge' de labios que en su día se hubiera puesto la propia Coco Chanel? Pues sí, su propia firma conserva aún un lipstick en rojo muy similar, con el sobrio 'packaging' original.
Terminamos con tres mitos imperecederos que se mantienen, sólo por fuera, como el primer día. Uno son los clásicos jabones de Roger&Gallet, que pueden usar varias generaciones de la misma familia. Lo mismo que la célebre fragancia Acqua di Parma, que ha ido ampliando su gama de productos, pero el aroma y la botella son el mismo. Por último, un producto español de toda la vida que hay casi en todos los neceseres: ¿quién no tiene una vaselina Gal con su cajita art déco? Lujosa por fuera, práctica por dentro… y económica como la que más.
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