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Descubre tus puntos ciegos

Por ESTHER SAMPER (SHORA)
Actualizado 08-06-2008 22:22 CET

Aunque pensemos que nuestra visión abarca todo lo que nuestros ojos perciben, en realidad hay una pequeña zona ciega en cada ojo que queda oculta para nosotros y que ni siquiera nos damos cuenta de que existe. ¿Quieres descubrir tus puntos ciegos?

Todos aquellos que tengan el carnet sabrán que al conducir un coche nos encontramos con una serie de ángulos muertos o ciegos al mirar por los retrovisores. Es decir, que al observar a través de ellos habrá una zona determinada que no podremos ver y esto, en ocasiones, puede producir accidentes al cambiar de carril. Al no percibir que tenemos un coche detrás, por quedar dentro del ángulo muerto, nos estampamos contra él.

Lo que no es tan conocido es que en el ojo ocurre una cosa similar. Nos vamos a encontrar con una zona en la que no vamos a tener visión, pero va a ser algo totalmente normal siempre que esta área sin visión no crezca. Por esa razón a este punto ciego del ojo también se le llama escotoma fisiológico (área de ceguera normal dentro del campo de visión). Un ejemplo de lo contrario, un escotoma anormal, sería la fotografía que he puesto más arriba, dónde hay una ceguera de un área considerable dentro del campo de visión, cosa que no ocurre con el punto ciego donde el escotoma no es apreciable en un principio.

Para saber por qué ocurre este fenómeno peculiar hay que conocer la anatomía de la retina del ojo. En ésta nos vamos a encontrar unas células receptoras de luz llamadas conos y bastones. Los conos van a ser los encargados del color (luz del espectro visible) (Regla Mnemotécnica COnos-COlor: COCO) y los bastones, encargados de la recepción de luz incolora. Estas células no están distribuidas homogéneamente a lo largo de la retina, sino que en unas zonas se van a encontrar en una mayor cantidad que en otras. En la siguiente gráfica podemos ver la densidad de estas células según la zona de la retina: Distribución de conos y bastones.

Lo primero que llama la atención de la imagen es que hay una zona de la retina en la que no existirán ni conos ni bastones. Esto se debe a que es el lugar donde se encuentra el nervio óptico, por lo que lo único que encontraremos serán fibras nerviosas (axones o "cables" de las neuronas). En la imagen de la izquierda a microscopía óptica podemos ver ese punto exacto (Blind Spot).

Debido a esto, como no hay células receptoras del color ni de la luz, en ese punto no hay visión. Es algo que ocurre en muchos animales (entre ellos los humanos) y que no ocurre en ojos más "evolucionados" como los del calamar. Y ahora es cuando alguien se preguntará.... ¿Y cómo no va a haber visión en ese punto si yo nunca lo he notado? La respuesta es muy sencilla y se debe a tres razones principalmente:

  1. La imagen que percibimos es el resultado de la fusión de las imágenes que se forman en las retinas de los dos ojos. Es decir, que si al mirar un objeto con un ojo, éste cae en el punto ciego, no lo veremos. Pero como prácticamente siempre utilizamos los dos ojos para la visión, el otro ojo verá ese mismo objeto y no caerá en su punto ciego. Al fusionarse las imágenes que se forman de los dos ojos, el punto ciego de uno de los ojos se anula.
  2. La vista casi nunca está fija. Realizamos una gran cantidad de movimientos por lo que el punto ciego se hace menos perceptible.
  3. El cerebro nos hace una especie de "camuflaje" del punto ciego con la visión de alrededor. Para él, este pequeño trocito de ausencia de visión no existe. Vamos, dicho de otra forma, en lugar de ver un punto negro lo que vemos son las imágenes que se encuentran justo alrededor. Si por ejemplo, tenemos un objeto azul que cae dentro del punto ciego frente a una pared roja, lo que interpretará nuestro cerebro es toda una pared roja.

Si después de esto todavía hay alguien que no está convencido de la existencia de dicho punto ciego hay una prueba muy sencilla para demostrar que, efectivamente, todos somos un poquito cieguetes (Click en la imagen par ampliarla):

  1. Cerramos el ojo izquierdo.
  2. Fijamos la visión del ojo derecho en la cruz a una distancia relativamente cercana (casi hay que comerse la pantalla).
  3. Con la vista fija en esa cruz nos vamos alejando muy lentamente de la pantalla. Cuando nos hayamos separado a una determinada distancia, dejaremos de observar el círculo porque se encontrará en la zona del punto ciego. En su lugar encontraremos todo blanco (Por acción del "camuflaje" del cerebro). Nunca hay que dejar de fijar la vista en la cruz, la percepción del círculo será de forma lateral hasta que se deja de ver.
  4. Si nos seguimos alejando, el punto se volverá a ver, al dejar de estar en la zona del punto ciego.

Esto se puede hacer igual pero con el ojo izquierdo. Cerrando el ojo derecho y fijando la vista del izquierdo en el punto redondo. Lo que desaparecerá entonces será la cruz.

Si alguien no logra dejar de ver el punto, que procure alejarse muy lentamente. No vale la excusa de "Es que yo no tengo punto ciego..." porque eso significaría no tener nervio óptico y si así fuera, no sé cómo puedes estar leyendo esto... Ni Dare Devil en sus mejores momentos.

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