Cada mañana a primera hora, Pedro Solbes dedica entre media y una hora a nadar, siempre que sus tareas se lo permiten. Combate así sus males de espalda. De paso echa fuera el supuesto estrés. Supuesto, porque hasta ahora no ha dado muestra pública de sufrirlo. El Banco de España, el INE, el petróleo y Miguel Sebastián se confabulan para romper el mito.
Con muchos días como hoy, ayer, anteayer, la semana pasada o la que se avecina -mañana sale el IPC, por ejemplo- el vicepresidente económico y ministro de Economía va a tener que hacer natación dos horas como mínimo, si quiere soportar la que se le viene encima. Las malas noticias se confabulan cada día mejor y más hábilmente para arreciar en la tormenta perfecta que aguanta la economía española. Hoy hay más datos que ayer, pero menos que mañana, que apuntan a una situación camino de convertirse en tempestad. Puede acabar en huracán.
El centro del cataclismo o de las turbulencias -depende de la ideología de quien lo analiza- se recarga por horas en vez de por días, a medida que recorre los diferentes territorios económicos. Si ayer fue el secretario de Estado para Hacienda, Carlos Ocaña, quien tuvo que anunciar que la crisis económica se ha comido el superávit del Estado, es decir, el dinero que tenían ahorrado, hoy han sido otros dos medios oficiales, poco sospechosos de antigubernamentales, el Banco de España y el Instituto Nacional de Estadística (INE), los portadores de las malas noticias.
El Boletín Económico del banco central que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez (ex secretario de Estado con Solbes hasta mitad de la anterior legislatura) se ha descolgado con una carga de profundidad: la economía española está inmersa "en una profunda desaceleración". Subraya, además, que los datos previsto para el segundo trimestre apuntan a la "continuación del debilitamiento" económico.
El equipo de Fernández Ordóñez destaca el importante retroceso de la confianza de los consumidores, en sus índices más bajos "en los últimos quince años". Pero lo peor del informe del Banco de España, destaca una prestigiosa analista macroeconómica, es que, por primera vez, un centro tan influyente como el banco central, habla de "destrucción de empleo" a la hora de referirse al paro y advierte de que la reducción de los contratos temporales se debe a la menor contratación de trabajadores, sobre todo en el sector de la construcción.
Estaban los mercados y los analistas entretenidos con el informe del organismo que preside Ordóñez, cuando han tenido que desviarse para prestar atención a los datos enviados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmando lo conocido: la venta de viviendas cae un 38% y el número de casas hipotecadas se desplomó el 36,9%. La gota que ha colmado el vaso de la mañana han sido las diversas informaciones sobre el euríbor, el tipo de interés de referencia de la mayoría de las hipotecas en España, que va a cerrar el mes de mayo al borde del 5%. Todo ello aderezado con los paros y las protestas en algunos países de la UE por la subida del gasóleo. La semana que viene empiezan aquí.
En estos momentos, a finales del mes de mayo, los economistas y los centros de estudios como la Fundación de las Cajas de Ahorro (FUNCAS) y Analistas Financieros Internacionales (AFI) ya han estimado que España está en crecimiento cero y la temida 'estanflación' -el estancamiento económico con inflación o subida de precios- es una realidad a la que muy pocos se atreven ya a poner plazo.
Y, ante este cataclismo, ¿qué podemos hacer en nuestras casas? "Lo que estamos haciendo las familias españolas" replica el catedrático de Economía Emilio Ontiveros, consejero delegado de AFI: aplicar el sentido común, "recortar el consumo y aplazar unos meses la compra del nuevo electrodoméstico, el cambio del tresillo, posponer para el final del 2009 el cambio del coche. Eso es lo que están haciendo los consumidores españoles y por eso, el consumo está cayendo". Por lo menos, hasta que pase el huracán, la tormenta o "las turbulencias" como las llaman en el Banco de España.
¿Datos para el optimismo? Sí, hay algunos. El mismo boletín económico reconoce que el turismo nos va a dar oxígeno, porque este segundo trimestre habrá una evolución más positiva del sector. Otro detalle que al consumidor nos pilla más lejos, pero nos afectará a medio plazo, es que hay una "mejoría" en la situación de los mercados financieros. Eso quiere decir que empieza a haber algo de dinero para los bancos, que podrán comprar esa liquidez y, muy poco a poco, quizá empezar a pensar en prestar al consumidor que demuestre su solvencia de verdad. Es decir, una nómina estable, un trabajo fijo y de largo recorrido, un patrimonio solvente que nos sirva de aval para concedernos algún crédito. Pero para eso aún faltan meses.
También cabe la posibilidad de que Pedro Solbes, el vicepresidente económico y máxima autoridad de este país en ese terreno, anuncie medidas más concretas aún, sin entrar en contradicción con las ocurrentes ideas del ministro de Industria, Miguel Sebastián. Aunque eso también parece lejano, a la vista de otro episodio ocurrido esta mañana mismo. Mientras el vicepresidente económico ya se pronunció la semana pasada sobre que la subida de la luz deberían de soportarla los consumidores, Sebastián ha vuelto a la carga hoy al afirmar que los presupuestos del Estado tendrán que asumir parte de la tarifa de la luz.
También puede suceder que, a este paso, por más que haga largos en la piscina cada mañana, Solbes no llegue a tener suficientes espaldas para soportar el huracán, sumado a la gota fría que es Miguel Sebastián.
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