La Oliva (Fuerteventura).- La Dirección General de Costas tiene decidido mantener su prohibición de autorizar acampadas en todo el litoral de Fuerteventura a lo largo de este verano, confirmó hoy la alcaldesa de La Oliva, Claudina Morales.
Para ello comenzará en los próximos días a cerrar al tráfico rodado, con bolardos de madera, los accesos a las principales playas majoreras donde es habitual la instalación de centenares de caravanas, la mayoría provenientes de la vecina Gran Canaria.
Sólo el año pasado, entre los meses de julio y agosto, más de 3.000 personas acamparon en el tramo de la costa norte majorera comprendido entre el faro de El Cotillo y Corralejo, dentro del dominio público marítimo-terrestre.
Morales ha criticado esta decisión, que tachó de "radical", que pone fin a una tradición muy extendida entre la población local sin ofrecer una alternativa viable.
La primera edil había solicitado al organismo estatal, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, permiso para seguir regulando desde el Ayuntamiento esta actividad en sus costas, como se venía haciendo desde los últimos años en La Oliva y en Pájara.
Hasta el año pasado, una normativa municipal daba un número máximo de autorizaciones a los campistas, cobrándoles una fianza de 60 euros por caravana que sólo se devolvía tras comprobarse que la zona había sido dejada en perfectas condiciones.
"Pero nos han dicho que no", se lamenta Morales.
Ante esta negativa, la alcaldesa teme que la gente acampe "ilegalmente y sin ningún control" por toda la isla, como ya ocurrió en la pasadas Semana Santa "y eso sí será un grave problema", asegura.
De esta forma, las únicas zonas en Fuerteventura donde se podrá acampar legalmente será en los espacios habilitados para ello por la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo en el Parque Natural de Jandía (300 plazas) y en el Parque Natural de Lobos (80 plazas).
Sin embargo, las estancias allí son siempre por un corto espacio de tiempo.
La Asociación de Campistas de Fuerteventura ha manifestado ya su "total rechazo" a esta decisión de la Dirección General de Costas, ante la inexistencia de cámpings autorizados en Fuerteventura. Como alternativa, los campistas han solicitado una concesión administrativa que les permita seguir instalándose en la costa majorera "de forma legal y reglada".
El cierre con bolardos ya ha sido concluido en las playas de Los Lagos del Cotillo, donde igualmente han sido retirados los tradicionales corralitos o "goros": unos círculos de piedras en cuyo interior los bañistas se refugiaban del viento.
En este caso la intervención se hizo con la aquiescencia municipal, al haberse convertido éstos en focos de suciedad y entorpecer el tránsito natural de las arenas.
Paralelamente, Costas ha anunciado su intención de cerrar el camino público existente entre el faro de El Cotillo y Majanicho, por atravesar terrenos del dominio público.
Una decisión que ha chocado nuevamente con el consistorio de La Oliva, pues impediría el acceso rodado a numerosas playas del norte, donde es tradicional la práctica de deportes náuticos y pesca.
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