Santander.- La Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC), en su intento por mantener vivo el acervo lingüístico de la región, propone a los cántabros que en las pescaderías y en los restaurantes pidan bocartes, en lugar de boquerones, cachón en vez de sepia, y ojitos, no gallos.
Con este objetivo, ADIC ha editado el cartel "En Cantabria se llaman así", un panel en el que aparecen representadas 21 especies de peces que habitan en las aguas del Cantábrico acompañados de su nombre tradicional en la comunidad autónoma, su denominación científica y su nomenclatura común en castellano.
Según ha explicado hoy en rueda de prensa su presidente, Bernardo Colsa, ADIC pretende con esta iniciativa que en la comunidad autónoma se continúe llamando a los peces por su denominación cántabra, algo que, según ha asegurado, "se está perdiendo".
Colsa ha explicado que la razón de editar el cartel nació hace un año cuando en la asociación observaron que en algunas pescaderías, restaurantes o bares de Cantabria se había comenzado a emplear el nombre común en castellano de los peces y mariscos, en vez del tradicional, algo que no ocurría hace unos años.
"Ahora vamos a los bares, y en lugar de encontrarnos rabas, nos encontramos calamares, o en lugar de muergus, nos encontramos navajas", ha afirmado Colsa, quien ha mostrado su "preocupación" por la pérdida del patrimonio lingüístico de Cantabria, algo que considera una "especie de involución cultural".
El cartel, en el que han colaborado biólogos y cofradías de pescadores, se repartirá en colegios, pescaderías, bibliotecas, centros culturales y supermercados.
Colsa ha acusado, precisamente, a las grandes superficies de "homogeneizar" el nombre de los pescados que venden y llamarlos igual en toda España, algo que propicia una "pérdida" de patrimonio lingüístico en muchas comunidades autónomas, excepto en el País Vasco o Cataluña, donde las terminologías autóctonas se conservan debido a que tienen un idioma propio.
Bernardo Colsa ha opinado que "no es lógico" que el nombre de un pez lo ponga "una persona de Cuenca". Para el presidente de ADIC, "lo normal" es que las denominaciones de peces nazcan en lugares costeros y de ahí emigren hacia el interior, y no al revés como está ocurriendo.
ADIC se está planteando editar otro cartel, o incluso una guía, más amplio que incluya más variedades de peces del Cantábrico -ha detectado unas 150- y que tenga un tono más "divulgativo" y menos "artístico".
De momento, propone que se usen términos como maganu (calamar), chicharro (jurel), verigüeto (berberecho), nécora (cangrejo de mar), masera (buey de mar), parrocha (sardina pequeña), bocarte o anchoa (boquerón), amayuela (almeja fina), morguera (navaja), y oyocántaro o abrecanto (bogavante), entre otros.
Esta iniciativa de ADIC forma parte de un campaña en favor de la recuperación del patrimonio lingüístico de Cantabria, que comenzó en el mes de febrero con la edición de un tríptico, que recogía expresiones o términos de uso autóctono recogidos por la Real Academia Española.
También la asociación editó hace un par de meses un diccionario cántabro-castellano, del que han vendido un total de 700 ejemplares desde abril.
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