El fin de semana del 29 de mayo tendrá lugar el festival de publicidad de Donostia / San Sebastián, y nos sugieren que sería de mucha utilidad para los que hasta allá viajarán, un post dedicado a glosar locales pelotudos, empresa que abordamos encantados, acá abajo y en diez entregas, como los divinos mandamientos y con el permiso de la autoridad. Prepara la tarjeta de crédito, afila los piños, ven con hambre y allá donde vayas, di que vas de nuestra parte.
1. Si quieres comer a dos carrillos, quitarte la corbata y mancharte la camisa de salsa de tomate, baja al BODEGÓN ALEJANDRO, en la calle Fermín Calbetón, en la parte vieja donostiarra. Si acabas muy manga, ten cuidado con los escalones al salir.
2. En la calle Bergara está el BAR ANTONIO (943 429 815) que regentan Ramón y Humberto, escoltados por unas mozas de cortar el hipo. Los fogones los pilota Iñigo, un joven chef cuerdo, sensato y con mucho oficio. Te lo harán pasar de putinbolo.
3. El mejor pan de la ciudad se lo disputan CALPARSORO, en la calle Mayor (hogaza biológica de mearse de gusto) y BARRENETXE, en la Plaza de Gipuzkoa, que hornea un pan español prieto y tostado como las cachas de una finlandesa. Si compras lomo, jamón o chorizo de Pamplona hazlo en el SOLBES de la calle Aldamar, y te podrás jamar un bocata de agárrate que hay curvas en cualquier banco del paseo de Salamanca, viendo romper las olas contra el Kursaal.
4. Cualquiera de los dos restaurantes alojados en el mismo Palacio de Congresos KURSAAL, están que se salen: arriba, el gastronómico, con una estrella michelín, fetén si vas de noche y en buena compañía, acabará rendida o rendido a tus caricias. Y abajo, más desenfado, un "Gastropub" de rompe y rasga, platillos a precios atómicos y un servicio de altura.
5. En el barrio de Igara, en taxi a diez minutos del centro, está el AGORREGI, un local prieto y discreto en el que cocina Gorka y atiende Beatriz: te sentirás un Pachá de Kapurtala. Los callos con comino y el pichón asado con puré graso de salvia están de rechupete.
6. Si aún no sabes dónde caerás rendido, el mejor dormidero de Gipuzkoa está en Hondarribia, a escasos veinte kilómetros de la capital. El HOTEL JAIZKIBEL es un pedazo de hormigón y madera plantado en la misma ladera que asciende a la Ermita de Guadalupe. Roncarás como un bendito y respirarás aire transalpino.
7. Escapa de Donostia cuando estés harto de cruzarte a todos los pelmas del festival con su acreditación colgada al cuello. En GETARIA tienes dos asadores de pescado enormes, el KAIA y el ELKANO. En la recepción de tu hotel te darán los teléfonos, los conoce todo quisque.
8. ¿Qué no has estado en el Guggenheim? ¡Más burro y no naces! Necesitas una hora por la A-8. Date un garbeo por sus salas y aprovecha para ver la exposición «Cosas del Surrealismo». Cuando te duelan las rodillas de tanto voltio, siéntate a jamar en el RESTORÁN y di que vas de nuestra parte. Reserva por si acaso, que no andan sobrados de mesas.
9. En la subida a Igeldo, un poco antes del oasis del colega Subijana, está el MENDIZORROTZ (943 212 023), si lo que quieres es caldo reparador, croquetas y un buen cogote de merluza asado al horno. Te sentirás feliz como la abuela de un anuncio de fabada.
10. ¿Y si no cenas sentado? Vete por lo viejo de banderillas, piérdete por sus tascas y aprecia la hermosura local, los vascos rollizos y nuestras tersas, hermosas y prietas mujeres. Visita el GANBARA, el NÉSTOR, el TXEPETXA (inyéctate su pincho de anchoa con centollo) o cualquier Bareto en el que veas que humea una buena tortilla de patatas recién hecha y cuelgan perniles grasosos. No te olvides que acá tenemos un jamón tan bueno como el que te servirían en cualquier tasca del barrio sevillano de Santa Cruz. Cortado a máquina, eso sí.
Aunque nos falta la «grasia» y el salero andalusí, nos sobra bonhomía y ganas de agradar al visitante: ¡A los vascos no nos gana a buena gente ni Dios!
On egin, ya nos contaréis.