La democracia española obtiene una nota del 6,2 en una escala de 0-10. Es la conclusión de la primera auditoría que se realiza sobre la calidad de nuestro sistema político. La ciudadanía, las leyes y los derechos, con una calificación del 7,11, son la asignatura que más ayuda a la joven democracia española a obtener ese aprobado.
Los elementos peor valorados son los partidos políticos, los medios de comunicación y la actitud pasiva de los ciudadanos. La media de estos tres ámbitos sociales cosecha un suspenso del 4,67.
Para medir y auditar el sistema democrático español, el equipo de la Fundación Alternativas, autores del estudio, han adoptado el método que se aplica en la universidad británica de Essex, dentro del proyecto Democratic Audit que audita la democracia y los derechos humanos en Gran Bretaña y otras áreas internacionales. Con ese sistema de Democratic Audit, los datos se han obtenido a partir de una encuesta a expertos de todos los círculos académicos e ideológicos españoles, cuyo listado de nombres se incluye en el informe.
El estudio califica sobre cinco asignaturas o esferas sociales: 1) ciudadania, leyes y derechos; 2) representación política y elecciones; 3) gobernabilidad y rendición de cuentas;4) sociedad civil y participación y 5) España en el exterior.
Precisamente la esfera 1 es la mejor valorada, con ese aprobado por encima del 7, porque las reglas institucionales, la protección de las minorías y el ejercicio de los derechos -tanto civiles y políticos como económicos- no plantean problemas graves. La esfera internacional de nuestro sistema democrático también está bien considerada, y obtiene la segunda mejor nota, un 6,40.
Pero las tres últimas esferas comienzan a bajar la calificación. El sistema de representación política y las elecciones, la limpieza del proceso y la imparcialidad obtienen el 5,90, pero enseguida, en la cuarta esfera sobre gobernabilidad y rendición de cuentas, donde se analizan asuntos como la corrupción, la capacidad de fiscalizar la acción del gobierno, la nota baja a un 5,3, un aprobado raspado.
Y por último la quinta, sobre sociedad civil y participación, donde entramos los medios de comunicación y los partidos políticos, baja la nota hasta el suspenso. Eso sí, acompañados por un aspecto concreto de la actitud ciudadana, la pasividad de los individuos ante la participación en la sociedad. Junto con la corrupción, es el ítem peor valorado en lo que respecta a la ciudadanía.
En general, las notas que obtienen los medios de comunicación españoles son bastante bajas, según el estudio. En independencia con respecto al poder político, la calificación media es de un 5, pero la nota sube hasta un notable del 7 en cuanto se refiere a la capacidad y libertad para denunciar los excesos del poder político y económico.
El estudio comenta la paradoja extraña de que los medios tengan capacidad para denunciar escándalos políticos y económicos, pero sean menos independientes. La nota más baja a los mass media es un suspenso, un 4, sobre el acoso que la prensa en general ejerce sobre los ciudadanos. "Hay una clara conciencia de que el ciudadano queda indefenso si los medios deciden lanzar una campaña de acoso en contra de él" destaca el informe de Alternativas.
Esta primera auditoría sobre el sistema democrático español se incluye en el segundo informe sobre "La democracia en España 2008", realizado por una docena de investigadores, profesores y catedráticos que trabajan en diversas universidades españolas y extranjeras y son coordinador por el ex ministro de Industria, Juan Manuel Eguiagaray.
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