Barcelona.- Un sistema inmunológico deprimido puede favorecer el desarrollo del cáncer, según el doctor Joan Massagué, director adjunto del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB), durante un encuentro de expertos sobre la metástasis y la función de los genes en este proceso.
Massagué ha recordado que la metástasis es el diálogo entre un tumor, que es un tejido que está en una situación de estrés porque está herido, y el organismo, que tiene sistemas para responder y hacer frente a estos tejidos enfermos, y que la metástasis se produce cuando el tumor aprende a utilizar mal los mecanismos de defensa.
Ha remarcado que lo normal es que este tejido herido lo eliminen los mecanismos de respuesta de organismo, y que posiblemente muchas personas hemos tenido cáncer sin saberlo porque lo hemos eliminado, matizando que lo que si está claro es que cuadros inflamatorios crónicos están ligados a una neoplasia.
Massegué ha explicado que hay distintos tipos de metástasis, unas que utilizan ciertas enzimas que degradan barreras físicas de su entorno para penetrar en el tejido a invadir, otras moléculas de células metastásicas que permiten entrar en el torrente sanguíneo y otras que pueden salir y anclarse al llegar a los órganos, puntualizando que esto que ahora parece tan lógico no se sabía hace apenas cinco años.
Para este científico, que también dirige el programa de Genética y Biología del Cáncer del Memorial Sloan Kettering Center de Nueva York (EEUU), lo que se intuye ahora, aunque no hay datos que lo confirmen, es que el estado anímico también es importante y que podría tener relación en el desarrollo del cáncer.
El científico español ha remarcado que por el momento no se sabe qué porcentaje de los cánceres acabarán haciendo una metástasis, ya que depende del tipo del tumor, y ha citado como ejemplo el cáncer de mama, que evoluciona distinto en función del subtipo, muy mal si es basal o mejor si es nominal.
Sobre los tratamientos para tratar el cáncer ha afirmado que "no hay un antes y un después, sino que estamos en el futuro que soñábamos", porque ya hay muchos tipos de cáncer que se curan, como el del ciclista Lance Armstrong, que era de tipo metastásico.
Ha asegurado que para la primera mitad del siglo XXI la gran mayoría de los cánceres se podrán controlar como ocurre con la mayoría de las infecciones, y que en los casos en los que sea posible se convertirán en una enfermedad crónica no mortal y tratable, aunque ha matizado que todavía queda mucho camino.
Un conocimiento más profundo de los tumores originales, la aportación de nuevas teorías conceptuales sobre el proceso de la metástasis y la disponibilidad de nuevas técnicas de bioimagen y de expresión de genes son los elementos que están cambiando la investigación y son herramientas que ayudan a aclarar cómo se produce una metástasis, los genes que intervienen y qué funciones se activan para que se produzca.
El director del Davis H. Koch Institute for Cancer Research Howard Hughes Medical Institut de (EEUU), Tyler Jacks, que ha desarrollado un método de imagen óptica que permite detectar células cancerosas de pulmón en estados iniciales, ha explicado que ya se puede ver la progresión de un tumor en vivo, cómo crece y qué patrones siguen las células malignas, lo que permite un mayor entendimiento del proceso para buscar tratamientos efectivos.
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