MADRID.- El presidente de los Productores de Música de España (Promusicae), Antonio Guisasola, criticó ayer la "falta de voluntad política" para acabar con la piratería digital y exigió a los ministerios de Industria y Cultura que conciencien a los ciudadanos "del riesgo" de realizar descargas ilegales, una actividad ante la que, consideró, deben tomarse iniciativas como la del presidente Nicolas Sarkozy en Francia: "avisos" a los infractores y "castigos" en el caso de continuar utilizando la Red para bajarse música gratis.
España lidera junto a Holanda la creencia de "cultura libre", mientras que países como Reino Unido o Francia desarrollan políticas para defender su cultura. De hecho, los franceses (con la 'Ley Sarkozy') son los más concienciados con el problema del p2p y los alemanes son los "más respetuosos" a la hora de defender los derechos de sus autores, afirmó.
"La piratería digital sigue sin estar en la agenda del Gobierno", insistió, denunciando que España vuelva a situarse en la 'lista 301' (en referencia a los países que "no protegen suficientemente la propiedad intelectual"), después de cuatro años sin aparecer en la misma. "Estamos entrando en un bucle como ocurrió con el 'top-manta'", subrayó, pidiendo a Industria y Cultura que vayan "en la línea de 'avisos' de Francia".
Recordando que las empresas de telefonía "no son las únicas culpables" pero reconociendo que "tienen que ayudar", Guisasola recalcó que el Gobierno tiene que dejar claro "lo que es ilegal". "Cortar las libertades siempre es molesto, pero hay que proteger la cultura", recalcó, destacando que en la "batalla" de los cables y los contenidos siguen ganando los primeros.
Las descargas ilegales de canciones en España en 2007 alcanzaron un total de 1.200 millones ("y va subiendo"), frente a los 17 millones vendidos de forma legal. "Se están repitiendo los mismos errores que frente al 'top-manta'", denunció Guisasola, criticando que en España se discuta más sobre el canon que sobre la protección de su cultura".
"GRIFO ABIERTO"
Guisasola hizo estas declaraciones durante la presentación hoy de un estudio que revela que los jóvenes españoles saben perfectamente qué descargas son ilegales, pero se niegan a renunciar al "paraíso" de la cultura gratis. De hecho, los españoles de entre 15 y 24 años reconocen que descargar o compartir música en redes p2p (Emule, Edonkey, BitTorrent o Ares) es ilegal y perjudica al artista, pero es "cómodo, gratis y un grifo abierto, pese a la mala calidad y la posibilidad de virus informáticos".
Los jóvenes consideran que la única solución sería la mano dura, con mayores castigos y "cortar la conexión a Internet", si bien son conscientes de que las empresas de telefonía (que además están "muy mal valoradas" por este sector de la población, "casi como talibanes", precisó Guisasola) no harían esto a sus clientes aunque "tendría un gran impacto".
Este sector de la población, que utiliza de forma masiva el 'bluetooh' y sitúa escuchar música como la segunda de sus preferencias tras salir con sus amigos, es reacio a comprar en el 'top-manta', que considera "piratería mala y degradada".
"ES ILEGAL, ¿Y QUÉ?"
Esta batalla parece ganada para la industria del disco, si bien el mayor problema está en la Red: dicen desconocer alternativas legales de compra de música (iTunes, por ejemplo, que señalan es "la opción más segura y de mayor calidad") y las pocas veces que compran discos en soporte físico (CD) es sólo para regalar (ya que lo consideran "un artículo de lujo", "obsoleto" e incluso al que compra en una tienda de discos lo consideran "un 'freak'"). "Son conscientes de que están fuera de la ley al usar, por ejemplo, eMule, pero se preguntan ¿y qué?", señaló Guisasola.
Según el informe del 'Estudio cualitativo sobre actitudes hacia el uso y consumo de música en España', elaborado por la empresa de estudios sociológicos GFK Emer Ad Hoc Research, todos los jóvenes afirman tener uno o varios dispositivos para escuchar música (Mp3, móvil, Ipod o Mp4, éste último más minoritario).
Sólo el "fan" compra todo el material original, frente al "seguidor", que prefiere invertir en conciertos, y el "desvinculado", inmerso en la cultura de la descarga. Aunque comprar música a través del móvil "no les convence", en España esta actividad supone el 70 por ciento del mercado digital.
Por último, los jóvenes reconocen que la forma "más económica y permisiva" de descargas es a través de 'Emusic' -también valoran la gratuidad de la radio personalizada 'Pandora', si bien este servicio aún no está disponible en España-.
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