Madrid.- El esplendor y la riqueza de la pintura napolitana del siglo XVII se exhibe en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en una exposición que recorre la evolución artística del "seicento" a través de medio centenar de obras.
"Seicento napoletano: Del naturalismo al barroco", organizada por la Fundación Banco Santander y que podrá visitarse desde mañana hasta el próximo 13 de julio, reconstruye el camino desde el naturalismo hasta el barroco transitado durante la edad de oro de Nápoles.
La muestra pone de relieve además la relación artística establecida entre Nápoles, capital del Virreinato español en Italia, y España, según ha destacado hoy en la presentación el comisario de la exposición, Nicola Spinosa, superintendente de los Bienes Artísticos e Históricos y de los Museos napolitanos.
El español José Ribera y los italianos Luca Giordano, Giuseppe Recco, Giovan Battista Caracciolo, Francesco Guarino y Francesco Solimena son algunos de los artistas representados en la muestra, que ofrece al público la ocasión de contemplar por primera vez algunas obras de propiedad privada.
La mayor parte de los cuadros proceden del Museo di Capodimonte de Nápoles, aunque también figuran entre los prestamistas el Castel Sant' Elmo, la Cartuja de San Martino y el Banco di Napoli.
La exposición propone un recorrido por las diferentes tendencias del "seicento", que comienza con un naturalismo fuertemente influido por Caravaggio.
La presencia de Caravaggio en Nápoles a comienzos de siglo dejó su impronta en la obra de artistas como Caracciolo, cuyo "Ecce homo" abre la muestra.
La temática sacra representada a través de escenas de la vida cotidiana está presente además en la "Magdalena penitente", de Carlo Sellitto, y el "Sacrificio de Isaac", de Filippo Vitale, otros ejemplos de esta primera etapa del "seicento".
La corriente naturalista fue renovada por la riqueza de los colores de la pintura José Ribera, establecido en la ciudad en el primer tercio del siglo y que resume como ningún otro artista la relación entre España y Nápoles, según ha destacado el comisario de la exposición.
Ribera está representado por "Susana y los viejos", cedida por una colección privada de Madrid, y tres cuadros procedentes de Italia: la "Magdalena penitente", "San Antonio Abad" -también de propiedad privada- y "Santa María Egipcíaca".
La influencia que la pintura veneciana de Tiziano tuvo a mediados del "seicento" en la escuela napolitana está reflejada en la muestra en obras como la "Virgen con niño", del clasicista Massimo Stanzione, y el "Sátiro y ninfa" de la pintora Artemisia Gentileschi.
Otro de los artistas principales de la muestra es Luca Giordano, uno de los creadores que introdujeron la pintura napolitana en el barroco a finales de siglo, y que posteriormente se trasladó a España.
Giordano deja en la exposición ejemplos de la pintura solar y mediterránea de este periodo en obras como "Consagración de Montecassino", en la que, como ha explicado Nicola Spinosa, se puede apreciar en el lienzo la luz del sol entrando en la capilla en la que se desarrolla la acción del cuadro.
El barroco napolitano está presente también con la sensualidad de otra obra de Giordano, "Leda y el cisne", y en "Agar y el ángel", donde las figuras de Francesco Solimena se asemejan a estatuas.
La exposición se cierra con una representación de bodegones y naturalezas muertas de artistas como Luca Forte, Giovan Battista Reco y Aniello Falcone, y Giuseppe Recco, en los que el comisario de la muestra aprecia una clara influencia en la pintura del joven Velázquez.
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