Valladolid.- La gimnasta vallisoletana Ana María Pelaz, integrante del equipo español de gimnasia rítmica, trabaja unas ocho horas diarias para alcanzar "la perfección", dice, en el número para los Juegos Olímpicos de Pekín, por si el sistema de puntuación de los jueces es "como el del festival de Eurovisión".
"Las españolas tenemos que hacerlo perfecto, porque está comprobado que en la competiciones internacionales la forma de puntuar está muy politizada, como el festival de Eurovisión", compara la gimnasta durante una entrevista concedida a la Agencia Efe.
Y es que, si Rodolfo Chikilicuatre, candidato español al conocido Festival músico-televisivo, ha buscado las bailarinas más lustrosas para desplegar la coreografía del "Chiki-chiki", Ana María Pelaz se pasa casi todo el día sobre la tarima, con el fin de que los dos números que el combinado español presente en Pekín seduzcan al jurado.
"Si queremos repetir el quinto puesto del pasado mundial, tenemos que arriesgar más que en otras ocasiones e incidir en el componente artístico con dos números muy dinámicos", detalla Ana María Pelaz, de 20 años y natural de Laguna de Duero (Valladolid).
"El primero es con cinco cuerdas y música flamenca, para que los chinos se nos animen, mientras que el segundo es con aros, mazas y una melodía muy fuerte", explica Ana María Pelaz, quien prefiere mostrarse cauta cuando se la pregunta por sus posibilidades de acudir a Pekín.
Serán un total de seis las gimnastas que se instalen en la Villa Olímpica y, de momento, ella viene trabajando con el mismo grupo en virtud del objetivo para la cita. No obstante, hasta el ocho de agosto "pueden pasar muchas cosas", argumenta.
"Hasta que no esté allí no me lo creeré, pero la verdad es que tengo muchas ganas, puesto que estamos trabajando muy duro", puntualiza la gimnasta, que con 15 años, dejó el hogar materno y se trasladó al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde vive y ha encontrado a su "segunda familia", el resto del equipo, resalta.
En la residencia para deportistas que regentan, situada en Ciudad Universitaria, cavilan, mientras se comen el 'donuts' que sirven en el desayuno los jueves, sobre las posibilidades reales que tienen de medalla.
Rusia, Bielorrusia, Bulgaria e Italia son los equipos candidatos a la presea, aunque, antes de Pekín, "nuestra prueba de fuego son los Campeonatos de Europa que se disputarán el próximo mes de junio en Turín (Italia)", indica la vallisoletana.
"Está muy difícil que logremos medalla", expresa resignada, al mismo tiempo que comenta que, desde su punto de vista, "los Juegos Olímpicos son lo más importante para un deportista, por lo que significa representar a tu país en tan gran acontecimiento".
Ahora, Ana María Pelaz está concentrada en su actuación para Pekín, aunque presta atención a las cuatro asignaturas que le quedan para concluir el bachillerato e iniciar una carrera. Magisterio de Educación Infantil es la que más le atrae. Pero admite no tenerlo demasiado claro.
El poco tiempo libre que tiene intenta aprovecharlo para estudiar, no obstante, se permite, de vez en cuando, acercarse al centro comercial e "ir de compras, aunque sea para volver sin nada", relata.
"Ya va siendo hora que llevo un mes sin ir", afirma, mientras señala que, a medida que se va acercando la fecha del debut en los Juegos, los entrenamientos se estiran hasta las diez horas por jornada. El único día del descanso, como el Señor, los domingos.
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