Continuamos la guía de las células madre para profundizar más sobre diversas cuestiones: ¿Por qué los avances no van tan rápido como anunciaban? ¿De dónde se obtienen? ¿Por qué crean tanta polémica? ¿Qué opina la Iglesia? Aunque las células madre tengan mucho potencial, aún queda mucho para poder "disfrutar" de ellas. Hay una regla básica en el terreno de la ciencia: Los medios de comunicación siempre irán décadas por delante de la realidad del laboratorio en cuanto a expectativas y tratamientos. Y las células madre no son una excepción, hasta que el conocimiento que tenemos de ellas no sea sustancialmente mayor, seguirán teniendo un papel experimental.
Si lo que se desea es obtener células madre embrionarias, se necesita un cigoto (óvulo fecundado) de alrededor de 5 días y de su zona interna se extraen las mencionadas células.
Recientemente, también se pueden obtener células madre embrionarias procedentes de un óvulo no fecundado. Lo que se hace es "engañar" a este óvulo para que crea que ha sido fecundado y empiece a multiplicarse celularmente en un proceso llamado partenogénesis.
Si lo que se quiere son células madre adultas, las principales y más útiles fuentes son la médula ósea y el cordón umbilical. Pero hay muchas otras fuentes (más otras que se irán descubriendo en el futuro) donde se encuentran células madre pero en mucha menor cantidad y más limitadas en su capacidad de multiplicación y diferenciación: En grasa, sangre, piel, hígado, cerebro...
Hay una regla básica en el terreno de la ciencia: Los medios de comunicación siempre irán décadas por delante de la realidad del laboratorio en cuanto a expectativas y tratamientos. La mayoría de las veces ocurre porque se anuncian los descubrimientos y el gran potencial de algunos tratamientos experimentales pero se ignoran los inconvenientes y obstáculos que los investigadores se encuentran en el difícil camino que hay entre el cultivo celular de un laboratorio experimental y el ser humano en un centro de salud/hospital.
Por ejemplo, cuando se secuenció el genoma humano, se anunció a bombo y platillo el potencial que tendríamos al conocer el genoma y poder modificarlo, además de lo que ello supondría para la curación de enfermedades con una causa genética. Un furor que desapareció con los años tras comprobar que esos acontecimientos adelantados por los mass media no aparecían (ni aparecerán a corto plazo).
Con la aplicación terapéutica de las células madre nos encontramos 2 grandes inconvenientes que retrasan su aplicación no experimental a humanos:
1- Seguimos sin conocer a fondo los complejos mecanismos que llevan a la diferenciación de las células madre a tipos concretos celulares. Esto lleva a que la mayoría de las veces la diferenciación de una célula madre a un tipo concreto se deba más a una actitud empírica (si aplico este medio celular consigo este tipo celular) que causal. Esto significa que no existe un control sobre esa diferenciación sino que en la actualidad se trata más de un "testeo".
2- Por la misma razón que la anterior (en resumen, desconocimiento) no se consigue un control eficaz de la multiplicación de las células madre. Lo que lleva a que en la utilización de células madre embrionarias exista cierto riesgo de cáncer por su crecimiento descontrolado. Algo que también ocurre, pero con menos frecuencia, en la utilización de células madre adultas. De hecho, una de las teorías del cáncer es que podría estar desencadenado por la multiplicación sin control de células madre adultas presentes en el ser humano.
Así pues, las células madre seguirán teniendo un papel exclusivamente experimental hasta que se conozca con más profundidad sus procesos de diferenciación y multiplicación.
El papel polémico de las células madre no reside en ellas mismas, sino en su obtención. Para obtener células madre embrionarias era estrictamente necesaria (hasta hace poco) la muerte del embrión del que se obtenían dichas células. Eso entra en conflicto con determinadas posturas religiosas y éticas. Sin embargo, recientes descubrimientos como que es posible obtener células madre embrionarias sin matar al embrión o a través de óvulos no fecundados abren dos vías de utilización de células madre embrionarias libres de polémicas. Además, hace poco que se conoce la existencia células madre en un estado intermedio entre las adultas y las embrionarias que están presentes en el líquido amniótico y que podrían sustituir a las embrionarias en algunas aplicaciones.
Para la Iglesia, en el momento en que un espermatozoide fecunda a un óvulo ya existe un ser humano. Por ello, se muestran en contra de la muerte del cigoto para la obtención de células madre.
Claro que si la medicina se guiara por los estrictos designios de la Iglesia los preservativos, la píldora del día después, la epidural y la fertilización in vitro estarían proscritos y los homosexuales serían considerados unos enfermos mentales. Aunque podría ser peor, como hace siglos, donde la disección de un "sagrado" cadáver humano estaba prohibida por la Iglesia lo que supuso un "entrañable" retraso de siglos de la ciencia médica que hemos ido arrastrando.
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.