Sevilla.- El Consejo de Gobierno andaluz ha acordado hoy declarar Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Zona Arqueológica, el yacimiento de los Castillejos de Alcorrín en Manilva (Málaga) y el Garcel en Antas (Almería).
Según la Oficina del Portavoz, el yacimiento de los Castillejos es un asentamiento fortificado de la Edad del Bronce y "ofrece importantes datos sobre la génesis del mundo ibérico y las relaciones con la cultura fenicia".
La zona arqueológica delimitada se sitúa sobre un cerro en forma de meseta y ocupa una extensión de 357.500 metros cuadrados.
A esta superficie se añade un entorno adicional de protección de 1,4 kilómetros cuadrados, con el fin de evitar alteraciones que puedan afectar a la visibilidad del yacimiento.
El asentamiento está rodeado por una muralla construida en mampostería y especialmente reforzada con bastiones circulares en su frente oeste, el de más fácil acceso.
También se han hallado restos de muralla de época romana, que quedaron colmatados por un derrumbe y sobre los que se localiza una construcción de finales del siglo VI.
En los diversos trabajos de excavación se han recuperado objetos de cerámica realizada a mano, fundamentalmente cuencos carenados y ollas con motivos incisos, mientras que otros vestigios de cerámica a torno se corresponden probablemente con ánforas fenicias.
Asimismo destaca la abundancia de restos de conchas y caparazones, que denotan la importancia del marisqueo como base de subsistencia, y de escorias, que reflejan los procesos de transformación metalúrgica realizados en el poblado, sostiene la información de la Junta.
En cuanto al yacimiento prehistórico del Garcel en Antas (Almería), pertenece a la Edad de Cobre y con restos anteriores del Neolítico Final.
La zona delimitada, de 14.700 metros cuadrados de extensión, se sitúa en un cerro que se eleva unos cincuenta metros sobre el cauce del río Antas, con una superficie muy irregular por la continua erosión fluvial.
El estudio de sus restos se inició a finales del siglo XIX a cargo de destacados arqueólogos de la época, como los hermanos Siret, aunque fueron las excavaciones realizadas en 1973 las que aportaron los datos más relevantes y descubrieron estructuras de habitación, producción y almacenamiento pertenecientes a un poblado del Cobre Antiguo.
Las intervenciones arqueológicas registraron cabañas con hogares circulares, silos y abundante escoria perteneciente a hornos de fundición de cobre.
Al periodo Calcolítico corresponden los restos de cerámica, hallados junto con otros objetos de adorno, brazaletes y cuentas de concha y hueso.
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