Como un petazeta, la propuesta de los 400 euros le estalló al presidente en la boca según la pronunciaba durante la campaña electoral. Llegado el momento de materializarla, nadie recibirá un cheque firmado por el presidente. El proceso se anuncia vía fiscal y costará 6.000 millones de euros al Estado.
Según soltaba la promesa en un mitin, los popes económicos socialistas se echaban las manos a la cabeza. Sonaba a fuegos artificiales y además lo que prometía encandilar al votante, causó el efecto contrario. "A mí nadie me compra el voto" fue la idea que caló entre los trabajadores. Fue un innegable intento de utilizar un nuevo lenguaje para romper con la corriente discursera política. Pero para lograrlo hay que ser un genio y poseer el talento y la coherencia de un artista. Nada que ver los 400 euros de Zapatero con los '400 golpes' -pura nouvelle vague- que François Truffaut dirigió en 1959. Excepto en que la oferta económica se ha acabado convirtiendo en un directo a la mandíbula. Miguel Sebastián, el padre de la ocurrencia según confesión propia, quizá no analizó con profundidad el alcance social de la medida.
Pocos contribuyentes lo interpretaron como un favor del Estado hacia sus maltrechos bolsillos sino como un 'pobre' intento de seducción, demasiado evidente. La letra pequeña comenzó a desvelarse inmediatamente. Pedro Solbes, que se ha convertido en el bombero económico del Gobierno, tuvo que explicar que no se trataba de un cheque que se daría a todos los españoles sino de una deducción a la que sólo tendrían derecho quienes tuvieran una cuota mínima de 400 euros en la declaración de Hacienda. "Unos se llevarán 400, otros 300, otros 180 y quizá algunos no se lleven nada porque ya están exentos del pago del IRPF".
Esta reforma fiscal disfrazada de generosidad es de aplicación inmediata y se realizará sobre las retenciones de las nóminas. El próximo mes de junio se aplicará la primera, de 200 euros. Los 200 restantes se irán descontando de las retenciones mensuales hasta diciembre. A partir de 2009, los 400 euros se prorratearan en cada una de las 12 pagas del año. Los autónomos podrán beneficiarse de la deducción cuando hagan los pagos fraccionados o en la declaración del IRPF.
De los 13,5 millones de asalariados y pensionistas que contribuyen al IRPF, 1,6 millones -1,3 millones de asalariados y 300.000 pensionistas- quedarán exentos del impuesto como consecuencia de la rebaja de los 400 euros. Este regalo, que costará alrededor de 6.000 millones de euros a las arcas públicas, se supone que compensará la pérdida de poder adquisitivo que la subida de los intereses de las hipotecas y de los precios están ocasionando.
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