París.- La antorcha de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 pasará la noche en un lugar secreto de París, antes de iniciar el lunes al mediodía su recorrido por la capital, entre medidas extremas de seguridad para que los manifestantes no se le acerquen.
La llama olímpica llegó poco antes de la medianoche al pabellón de honor del aeropuerto parisino de Roissy-Charles de Gaulle, indicaron fuentes aeroportuarias a medios locales.
Quizás precisamente para eludir a quienes quieren denunciar la represión de China en el Tíbet y las violaciones de los derechos humanos en aquel país, las autoridades habían mantenido la confusión sobre el lugar de llegada de la llama desde Londres, donde hoy vivió un recorrido accidentado, hasta la capital francesa.
Inicialmente se dijo que llegaría a París en el tren Eurostar, que enlaza las dos capitales a través del túnel bajo la Mancha, y luego se apostó porque llegase por vía aérea, como así sucedió.
Lo que sí se dejó claro es que la llama y los 80 portadores que se relevarán en los 28 kilómetros del recorrido, desde la Torre Eiffel hasta el estadio Charléty, se beneficiarán de una seguridad que ni siquiera se da a los jefes de Estado de visita.
Con unos 3.000 agentes movilizados y una "burbuja" de seguridad creada sobre 200 metros en torno a la llama en su periplo, el dispositivo ha sido denunciado por, entre otros, el secretario general de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Robert Ménard.
RSF, que acusa a Francia de "capitular" ante China, ha revisado a la baja los actos que había planeado, pero protagonizará una o dos "espectaculares", mientras otras organizaciones de derechos humanos y la comunidad tibetana han programado diversas manifestaciones.
Varios políticos defendieron hoy el derecho a manifestarse al paso de la antorcha, como el centrista François Bayrou, que llamó a los parisinos a decir "Tíbet" al paso de la antorcha olímpica.
"Los dirigentes chinos no pueden ignorar lo que dicen los pueblos europeos en el momento del paso de la llama", dijo Bayrou, para quien esto es "tan eficaz como el boicot o la amenaza de boicot de la ceremonia de apertura" de los Juegos Olímpicos de Pekín.
La antorcha llega a París precedida por una cacofonía oficial sobre si hay o no condiciones a la presencia de su presidente, Nicolas Sarkozy, en la ceremonia de apertura el próximo agosto.
Después de que, en una entrevista con un diario, la secretaria de Estado de Derechos Humanos, Rama Yade, citara tres condiciones "indispensables", entre ellas que China dialogue con el Dalai Lama, para que Sarkozy fuera a Pekín, y luego negara haberlo dicho, el ministro de Exteriores, Bernard Kouchner, y el portavoz del Gobierno, Luc Chatel, han insistido en que no hay condiciones.
Pero reiteraron que todo sigue abierto y que Sarkozy tomará una decisión en función de cómo evolucione la situación.
Por su parte, el secretario de Estado de Deportes, Bernard Laporte, dijo hoy que no se debe tomar los Juegos Olímpicos como "rehén" y que, si bien la gente tiene derecho a expresarse en democracia, "también hay que respetar la llama olímpica, que es un símbolo".
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