OCAÑA (TOLEDO).- Un pequeño avión tripulado de hélice ha volado por primera vez con una pila de combustible de hidrógeno. Y ha sido en un aeródromo de Ocaña, a 60 kilómetros de Madrid. El aparato, desarrollado por un equipo de ingenieros del Centro Europeo de Investigación y Tecnología de Boeing en la capital española, se mantuvo en el aire durante 20 minutos utilizando esta energía.
"Ha sido toda una experiencia, puedes volar exactamente igual y ha resultado incluso más placentero, pues el ruido es mucho menor", cuenta Cecilio Barberán, el piloto que estuvo a los mandos, en el hangar en que se presentaba hoy el avión pionero, sobre una alfombra azul rodeado por un cuadrilátero de cintas, entre disparos de flash.
El aparato en cuestión es una avioneta biplaza convencional, un motovelero Dimona fabricada por una empresa austriaca, pero modificada por los ingenieros españoles, en colaboración con casi una veintena de empresas e instituciones europeas, para que pudiera utilizar hidrógeno. En sí, lo que se ha hecho es quitar el motor de explosión y cambiarlo por un sistema híbrido formado por una pila de combustible de Membrana de Intercambio Protónico y una batería de ión de Litio con las que se suministra energía a un motor eléctrico acoplado a la hélice. Además de añadir un depósito de hidrógeno tras el asiento del piloto y una caja de gestión de potencia que ocupa el segundo asiento del aeroplano.
En los tres vuelos de prueba realizados en febrero y marzo en este aeródromo, la avioneta despegó y ascendió sirviéndose a la vez de la energía de la pila de combustible y de la batería de Litio. Pero luego, al alcanzar los 1.000 metros de altitud sobre el nivel del mar, el piloto Barberán desconectó la batería y se mantuvo en el aire a esta altitud únicamente con la pila de hidrógeno durante 20 minutos.
El interés de este tipo de células de combustible es que generan electricidad a partir de hidrógeno sin producir emisiones contaminantes. Aunque, todavía queda por resolver cómo fabricar antes ese hidrógeno también de forma limpia. En este caso, como indican los ingenieros de Boeing, se trataba únicamente de probar que podía funcionar en un avión.
Eso sí se ha logrado. Sin embargo, a pesar del éxito de este aparato de demostración, los investigadores del proyecto consideran que esta tecnología no es aplicable de momento en aviones de mayor tamaño. "En un horizonte visible no prevemos que pueda ser la fuente de combustible de un avión grande comercial", opina Francisco Escartí, director general del Centro Europeo de Investigación y Tecnología de Boeing en Madrid. En todo caso, los ingenieros creen que puede resultar útil para pequeñas avionetas, aviones no tripulados o determinados equipamientos de los aparatos grandes. Aunque, quién sabe. "El primer vuelo de un motor térmico fue hace 104 años y duró 20 segundos, pero quién hubiera dicho la evolución que tendría después", comenta Escartí.
De momento, el proyecto concluye aquí y el primer avión de hidrógeno se paseará a partir de ahora por exposiciones. "Han hecho historia", enfatiza en Ocaña John Tracy, director tecnológico de la compañía estadounidense, que no escatima en palabras elogiosas. "¿Por qué se ha hecho en España? Para este problema, aquí es donde estaba la mejor de las mejores tecnologías", asegura.
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