BARCELONA.- Sin tiempo para recuperarnos del desbarajuste australiano, ya está todo a punto para el Gran Premio de Malasia. La prueba favorita de Fernando Alonso llega en mal momento para su Renault, algo peor para los Ferrari y en plena fiesta McLaren, que ya celebra las victorias de Hamilton sin complejo alguno. Al fin y al cabo, el segundo piloto se conforma con acabar quinto. Y a todo esto, Jean Todt dimite como consejero delegado y Max Mosley, presidente de la FIA, nos amenaza con una quinta legislatura.
Queda mucho trabajo por hacer, y hay poco tiempo para ello. Fernando Alonso tendrá que afrontar los próximos dos grandes premios con el mismo Renault del Albert Park, un coche sin apenas velocidad en recta y muy justito en curva (en el ápice de la «s» de Waite, su R28 era 10 km/h más lento que el McLaren de Hamilton, una auténtica barbaridad crono en mano). Consciente de ello, el asturiano lanzó al acabar la carrera un serio aviso para navegantes: "El cuarto puesto nos deja muy satisfechos, pero si seguimos esta línea vamos camino de encadenar decepciones. Si en Malasia acaban los Ferrari, McLaren y BMW, aunque lleguemos a la meta, puede que nos quedemos fuera de la zona de puntos. Por tanto hay que reaccionar inmediatamente y mejorar el coche para entrar en el tercer corte de la clasificación». En otras palabras, Telecinco, As, Marca, Sport y compañía, la exhibición de Alonso en Australia queda al margen del resultado concreto, al menos de momento. Habrá que esperar a Montmeló y el nuevo pack aerodinámico para revivir tiempos mejores.
En paralelo, la prueba australiana escenificó el primer duelo de fondo Dennis-Alonso. El malo malísimo inglés celebró por todo lo alto el adelantamiento de Kovalainen a sólo dos vueltas del final, pero no contaba con que su pupilo apretaría el botón de limitación de velocidad del pit lane en plena recta y acabaría regalándole el cuarto puesto a su archirrival: «Había visto por las pantallas –declaró Alonso– lo que él (Dennis) había hecho en el pit wall cuando Heikki me adelantó, así que hice exactamente lo mismo cuando le devolví el adelantamiento». Marcador parcial: Alonso, 1; Dennis, 0. El partido sigue en juego.
Más allá de Alonso, el Gran Premio de Australia nos deja un nombre que no debemos pasar por alto: Nico Rosberg. Este finlandés nacido en Alemania le ha dado a Williams su primer podio del año con sólo 22 primaveras, con lo que se ha hecho con el billete de ingreso directo en el club del futuro de la F-1. Todo cuadra. Pedro de la Rosa anunciaba en la entrevista, de lectura imprescindible, que le prepararon los entendidos foristas de su web: «En F-1, lo primero que te mira hoy día un equipo es tu DNI». Interesante aviso para navegantes. Rosberg es joven, bueno y suma a todo ello un apellido atractivo. Exactamente igual que Sebastian Vettel. Ojo, que nadie olvide que en un futuro muy cercano es posible que un Ferrari y un BMW queden libres... Seguiremos informando.
Por delante, Malasia vivirá un capítulo más de la lucha en esta F-1 de dos divisiones: McLaren-Ferrari por un lado y los demás, por otro. En la Scuderia, Stefano Domenicali ha hecho un llamamiento a la tranquilidad en materia de fiabilidad. Difícil tesitura, máxime cuando al día siguiente se hace pública la renuncia de Jean Todt al puesto de consejero delegado de la marca alegando «motivos personales». Si el equipo italiano no regresa a su rumbo en Sepang van a regalarse dos semanas extra de pullas de la difícil prensa de casa. Entre tanto, en McLaren, queda por comprobar si Hamilton mantiene su fortísimo ritmo de inicio de año o, como muchos ansían desde España, Kovalainen consigue plantarle cara.
En la «segunda división» de la parrilla, la gran duda estriba en qué orden de llegada se registrará cuando no haya abandonos. A los dos grandes enemigos confirmados en Melbourne, BMW y Williams, sigue un pelotón sin dueño: Renault está a medio camino entre los dos de cabeza y el pelotón de cola, que lideran Red Bull y Toro Rosso; los Honda, que ahora son algo más que un coche anuncio, y Toyota, que promete una regresión a años mejores. ¿Qué dirimirá la lucha en esta parte de la parrilla? Entrar en el tercer corte de los entrenamientos oficiales. Estar en esos puestos supone un punto extra, como bien pudo comprobar Alonso en el Gran Premio inaugural.
Alonso no se ha asegurado ese punto extra tampoco en esta ocasión.La segunda sesión de entrenamientos oficiales para Malasia ha concluido con un decimocuarto puesto para el piloto español, mientras que Hamilton ha repetido el mejor tiempo, seguido de Massa. Además, Renault sigue arrastrando problemas técnicos y Alonso sólo ha podido completar una tanda de vueltas por problemas en la caja de cambios.
Otro de los comentarios que rondarán por el paddock de Sepang será la amenaza de Max Mosley, presidente de la FIA, de presentarse a las elecciones por quinta vez. El británico, que ostenta el cargo desde 1991, no repetirá, pues, su estrategia de la última legislatura, cuando amenazó con no revalidar su puesto para acumular apoyos entre el establishment automovilístico. Círculos de la F-1 ven su continuidad como mal menor; el mundo de los rallies, en cambio, tiembla. Y el de los raids, la resistencia, la montaña... ¡Que vivan las cadenas!
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- El Gran Premio de Malasia cumple 10 años
- Las predicciones meteorlógicas amenazan lluvia en Sepang.
- Fernando Alonso buscará en Malasia su 50º podio.
- Kimi Räikkönen buscará su 15ª pole position.
- 10º Gran Premio de Sebastian Vettel.
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