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Ordena este post (jugando a lo Nocilla Experience)

  • Un texto fragmentario y sin organización aparente sobre Nocilla Experience
  • ¿Cómo usar la narración tradicional para un nuevo tipo de literatura?
Por JUAN FREIRE (SOITU.ES)
Actualizado 12-03-2008 23:37 CET

A CORUÑA.-  – 2006. Aparece un cisne negro en la literatura española. Nocilla Dream de Agustín Fernández Mallo (AFM) era publicada por la editorial Candaya y acaba por convertirse en uno de los libros del año, consiguiendo el reconocimiento de los medios y la crítica tradicionales. Era la «salida del armario» de la cultura de la larga cola de una generación de escritores a caballo entre la literatura y los blogs, aquellos que novelan la no-ficción con una estética digital.

– 5 marzo 2008. La publicación de Nocilla Experience (vídeo promocional) por Alfaguara, la segunda parte de la trilogía (ya escrita desde hace años) de AFM, ha supuesto la 'puesta de largo' del 'género'. El mismo autor, casi gurú oficial (a pesar de no haberse presentado al puesto), inicia dos blogs en los sitios de dos de los grandes de la cultura española El hombre que salió de la tarta en Alfaguara y su blog en ClubCultura, de la FNAC.

Pero ¿cómo escribir de una literatura nueva, que no parece querer tener nombre ni acomodarse a una generación (aunque muchos la hayan etiquetado ya y clasificado a sus autores), con un texto convencional?. Ni aunque el soporte tenga la estética de un blog. Por tanto, en la mejor 'tradición' del género escribo este post fragmentario y sin orden aparente tomando enlaces y trozos de otros sitios. Será el lector el que construya su propia historia.

– Noviembre 2005. Antes de la primera 'nocilla' aparecía Mutantes. Narrativa española de última generación (editorial Berenice) una antología de literatura 'mutante' editada por Julio Ortega y Juan Francisco Ferré que incluye narraciones cortas de autores nacidos entre 1960 y 1976, como Eloy Fernández Porta, Vicente Luis Mora, Jorge Carrión, Agustín Fernández Mallo o Javier Calvo. La denominación 'mutante' es por tanto previa a la de 'nocilla', pero esta ha acabado por hacerse más popular.

– 07 Marzo 08. En las páginas culturales de El País, el brazo periodístico del grupo Prisa (del que Alfaguara, como parte de Santillana, es a su vez uno de sus brazos editoriales) se daba amplia cobertura a la nueva novela de AFM, Nocilla para todos los gustos, y aprovechaban para hacer censo de 'su' generación, Inventario de mutantes. AFM se ha convertido ya en colaborador 'habitual espóradico' de El País. Juan Varela, en Nocilla mutante, ve en estos pasos una estrategia de integración de esta literatura marginal dentro de la cultura oficial y corporativa:

… Agustín Fernández Mallo, el autor de Nocilla Dream, ya está en Alfaguara. Bienvenido al marketing. Alfaguara le abre blog y El País lo canoniza y homenajea a todos los mutantes mientras en Santillana preparan la nueva temporada y la chequera. Ya lo avanzó Vicente Verdú hace unos meses, cuando escribió diez reglas para la nueva literatura tan deplorables como cualquiera.

No tengo tan claro si es una victoria del 'sistema' que acaba por controlar lo que sucede en sus márgenes, o un reconocimiento de su derrota. Quizás sea un buen ejemplo de que al marketing no le queda más remedio que reconocer la realidad y convertirse en pura información. Y de paso ¿hacerse aún más poderoso?

Ante el mismo fenómeno, Afterpost, Agustín Fernández Mallo & Nocilla Experience (1.0), no se lamenta tanto del "fascinante viaje de la periferia al centro" y entra de lleno en el análisis del libro.

– 23 febrero 2008. Juan Goytisolo proporciona en Babelia una nueva definición: La literatura que brota de los márgenes, referiéndose a la generación de autores que aparecen en Mutantes (y contestando de paso a las reglas de Verdú):

… unas afinidades electivas surgidas a partir de una conciencia común: la de pertenecer a una época en la que la saturación mediática y la ubicuidad de internet descentran nuestra percepción de las cosas y exigen nuevos modos de crear y narrar. Los novelistas incluidos en Mutantes tienen muy claro lo que no quieren hacer y no confunden la actualidad con la modernidad. No buscan el punto de llegada -el desenlace- que vertebra el relato tradicional: cambian simplemente el punto de partida de un itinerario arriesgado y aleatorio que deberá sortear los escollos de su navegación personal. El proyecto no va dirigido contra nadie: la obra muerta no merece que nos demoremos en ella. La apertura al mundo y a las nuevas técnicas de comunicación instantánea es una respuesta a los desafíos de la globalización. Los relatos son semillas arrojadas al viento con la esperanza de que arraiguen y fertilicen la mente del lector.

– 08 Marzo 2008. El día en que el sistema acabó por integrar las mutaciones en su genoma. En ABCD se entrevista a AFM, "me apetece mezclar la alta y la baja cultura", para inaugurar la sección de entrevistas de José Ribas denominada Niños malos, todo un aviso del cambio. Sobre la 'filosofía Nocilla'

Los nocilla desprecian las descripciones rigurosas, sostienen que la realidad no puede ser narrada ni siquiera a través del documental ya que siempre es un montaje, detestan la estructura lineal por ser una ingenuidad heredada del XIX, y constatan que las reflexiones con visos de profundidad teórica han de ser livianas; juego y artificio. "No me gusta la papaya aunque sea una fruta jugosa. He disfrutado leyendo a Juan Manuel de Prada, a Martínez de Pisón, a Espido Freire, una parte de la obra de Vila-Matas, a Elvira Navarro, a Lorenzo Silva... pero este tipo de narrativa no me emociona. Las vanguardias antiguas ya ensayaron las técnicas del desapego a la realidad aunque sin despojarse de ciertas perspectivas utópicas. La literatura del siglo XXI ha de ser menos manierista y más desengañada. Me interesa el rizoma, una planta que crece sin raíces y se desarrolla en un plano incierto donde se han abolido las jerarquías. Me fascinan las redes cibernáuticas, los blogs, las micronaciones, las fronteras, lo espacial en detrimento de lo temporal, las grandes superficies y el abandono definitivo de la cabaña hegeliana".

[Como nota personal, 'lo espacial en detrimento de lo temporal' me ha hecho recordar que ya no existe el tiempo, solo el espacio].

Sus inspiraciones son lejanas en el tiempo pero muy próximas en el 'espacio' intelectual:

"Mi instinto literario bebe de Borges, de Thomas Bernhard, de Wittgenstein, de las teleseries norteamericanas, del arte conceptual y de las ciencias. Desconfío de lo sublime y me apetece mezclar la alta y la baja cultura".

En ese mismo número de ABCD José María Pozuelo Yvancos publica una crítica, Materiales para otro collage, a Nocilla Experience, con un cierto desencanto después del primer 'efecto Nocilla' en 2006:

Considero por ello que el libro está sobredimensionado. No me refiero a la dimensión publicitaria, que lo sitúa a la cabeza de una denominada Generación Nocilla. Esas son cosas de la necesidad del mercado de lo joven, que poco favor le hacen. Me refiero a la poética que el propio libro propone en su autodenominado "Proyecto Nocilla", que únicamente se cumple en momentos estupendos, que los tiene, como la historia de Henry J. Darger, y otros varios según he dejado dicho. Quizá mirado como otra cosa que como proyecto revolucionario, mirado como forma de actualizar los acarreos multiculturales de las vanguardias visuales, y una inteligente dosificación de la imaginería lírica, ofreciese la verdadera dimensión que tiene, lejos de esa tensión en la que el autor se ha situado, que hace esperar una genialidad y un grano aquí entreverado de mucho material facilón, que debería haberse filtrado un poco más.

– 17 noviembre 2007. Vicente Verdú publica las Reglas para la supervivencia de la novela: "En la narración es torpe seguir como si no existiera publicidad, correo electrónico, chats, cine, YouTube, MySpace o la blogosfera". Toda una declaración de guerra a la literatura lineal y convencional a través de un decálogo para la nueva (y fragmentaria) narrativa literaria, con un punto de ironía que parece que los críticos tradicionales no han acabado de entender.

– 22 diciembre 2007. Aparece en Babelia una primera respuesta a Verdú por parte de Gabi Martínez, Aviadores Descubren Enorme Manada (literaria), defendiendo espacios para la ficción y las narraciones lineales (e incorporando de paso un lamento por la ausencia de la ciudad real en la literatura).

– 08 Marzo 2008. Babelia oficializa el debate acerca de las reglas de Verdú, que hasta el momento no había suscitado demasiada polémica (¿un fallo de marketing?). Manuel Rico defiende la novela clásica 'de calidad', La novela, en el siglo XXI, goza de buena salud. La literatura se situaría más allá de los vaivenes digitales y audiovisuales, como una forma de arte superior:

…la pujanza de otra narrativa, transmisora de conocimiento sobre la condición humana, impulsora de reflexión sobre la Historia y sobre los azares del presente, profundamente vinculada a la tradición literaria, también con historia y con argumento, cosecha altos niveles de aceptación entre los lectores de todas las clases y sensibilidades, desde el público joven y universitario, frecuentador del chat y de internet, hasta los públicos más exigentes y cultivados pasando por lo que entendemos convencionalmente como lector medio -seguramente, muy pocos de los 'lectores melancólicos que transpiran alcanfor' a los que alude Verdú...

Un arte que 'no busca entretenimiento' (al menos premeditadamente), en contraposición a cualquier otra forma narrativa para la que parece ser su principal objetivo:

…narradores con un público vasto que no buscan en sus obras entretenimiento (aunque su lectura lo conlleve), sino lo que siempre ha ofrecido la literatura: una forma de entender la relación del ser humano con el mundo, con los otros, con la propia existencia, con las incertidumbres que le acechan en su vida cotidiana.

En resumen, un debate sobre lo instrumental (novela, como palabras y papel, frente al «resto», imágenes y otros soportes) y un largo artículo para defender lo obvio y acabar proponiendo un futuro aún más evidente:

Parece plausible pensar en un futuro en que la novela literaria (de calidad, para entendernos) conviva con internet y con los nuevos medios, también con el cine y la televisión. De hecho, lo está haciendo ya. Diría más: convivirán novelas en las que tenga un peso esencial la historia con aquellas otras que ensayen nuevos lenguajes, que carezcan de argumento y de estructura, que se nutran de técnicas importadas de otros géneros y de otras áreas de la comunicación.

La réplica, no podía ser de otro modo, la da un genial AFM, Luis XIV traspasa Versalles a una promotora, que realiza una reflexión desde el paradigma de la sociedad red. La literatura no se escapa a los cambios en las formas de crear y compartir conocimiento en la era digital y se ve 'distorsionada' por cuatro conceptos clave que ya son indisolubles con la realidad híbrida en la que vivimos: brokers de conocimiento (tema recurrente en este blog), redes, mercados y fragmentación (de las identidades de la web). Pero el propio AFM lo define magistralmente:

*brokers de conocimiento:

Antes se creaba desde el conocimiento, ahora se tiende a crear desde la información. Antes, el artista, típicamente romántico, era un erudito que emitía su producto al mundo: se iba desde la 'iluminación' de lo privado al pontificado en lo público (el estigma del héroe; su correlato en el fútbol sería Maradona). Ahora el artista no es erudito en nada, recibe un desorden de información desde el ámbito público, y ésa es la materia prima que reelabora o subvierte en su laboratorio para impulsarla (su correlato en el fútbol sería Beckham).

En este contexto, ¿resulta legítimo construir novelas de estructura clásica? Por supuesto que sí. Ahora bien, ¿tiene ese acto algún sentido? Para responder hagámonos otra pregunta más fácil, ¿tiene sentido construir hoy un Versalles en vez de un chalet? Sí, pero sólo como militancia kitsch.

* redes:

Durante siglos se han estudiado las cosas por separado, ahora se trata de ver las relaciones que hay entre ellas en modelos de redes.

* mercados (y sus nuevos "espacios públicos"):

Como decía Baudrillard, el crimen perfecto se ha cometido, nada hay ya fuera del mundo Mercado para poder eliminar o criticar ese mercado. Hasta los antisistema forman parte del sistema publicitario…

Eloy Fernández Porta (AfterPop, Berenice) afirmaba hace poco: "Algunos (escritores) creen estar en los bosques de Heidegger cuando de hecho habitan las praderas de Disney".

* fragmentación:

…de la novela clásica a la fragmentada se llega por sustracción, quitándole elementos a aquélla; eso sería más bien una mutilación. La diferencia entre ambas no es cuantitativa sino cualitativa. La novela fragmentada suele estar más cerca de la poesía ya que tiende a la síntesis típica del verso o de la ecuación matemática: expresar lo máximo posible con los mínimos elementos (algo así como un píxel es a una foto). Cómo cada cual articularía esa fragmentación en sus textos y en qué medida ya es otro cantar, pero tengo la impresión de que la novela no puede seguir dándole la espalda a tan palmaria realidad. Cualquier fundamentalismo profragmentación resultaría ridículo, pero en la misma medida lo sería fingir que esa fragmentación no existe. Empezaré por ver qué pasa si le echo ketchup a En busca del tiempo pedido.

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