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El Chatarrero, un rico costumbrista que quiere comprar el Grupo Zeta

  • Alfonso Gallardo se ganaba la vida recogiendo chatarra con un burro
  • Pese a su formidable éxito empresarial no ha cambiado su rutina diaria en el pueblo
  • Manifiesta una alergia radical a la vida pública y a aparecer en los medios
Por MARÍA JOSÉ LLERENA (SOITU.ES)
Actualizado 11-03-2008 17:36 CET

JEREZ DE LOS CABALLEROS (BADAJOZ).-  A un nuevo rico le puede dar por las extravagancias más insospechadas. Sólo hay que acordarse del yate faraónico de Paco 'el Pocero' o del Miró que decoraba el baño de Juan Antonio Roca. En España tenemos un nuevo 'nuevo rico', el 'Chatarrero', que tras levantar un imperio en el sector de la siderometalurgia, se animó a montar refinerías y cementeras y a comprar periódicos. Ahora ha echado el ojo al Grupo Zeta, que lleva unos meses en venta. La principal extravagancia del 'Chatarrero', quedarse en su pueblo haciendo la vida que hacía hace 30 años, cuando casi no tenía un duro.

El nombre del personaje es Alfonso Gallardo y su historia bien podría haber sido parida por la cabeza de Dickens: érase una vez un muchacho humilde y trabajador que se ganaba la vida recogiendo chatarra con un burro por los pueblos del sur de Badajoz. Con los años, la chatarra se le fue convirtiendo en oro y Gallardo acabó amasando una de las fortunas más vastas de España...

Su fulgurante trayectoria desde lo más humilde recuerda a la del constructor Paco 'el Pocero'. Podría competir con él en colecciones de jets privados, en mansiones ostentosas o extravagancias varias, pero lo cierto es que a Gallardo no le ha dado por ahí. Más bien por todo lo contrario, porque aunque se ha comprado algún palacete sigue viviendo en el mismo sitio al que se mudó cuando se casó, una casa en el centro de su pueblo, Jerez de los Caballeros, donde mantiene la rutina de abnegado trabajo y aparente austeridad que ha llevado toda su vida.

Aunque la historia tiene ingredientes para ser carne de literatura no es fácil desentrañar la vida y obras de este septuagenario de recias formas por culpa de la alergia radical a la vida pública y a aparecer en los medios de comunicación que manifiesta. Hasta en tres ocasiones nos ha negado una entrevista. Paradojas de la vida: al dueño de El Correo de Andalucía, del 59% del Diario de Jaén y del 25% de Odiel Press no le gustan los periodistas. Curiosa relación de amor-odio con la prensa que se pone de actualidad ahora que Gallardo se perfila como el principal novio, junto a MediaPro, que le ha salido a uno de los grupos de prensa más importantes de España, el Grupo Z --editora del Periódico de Cataluña--, que está en venta desde hace meses.

Un hombre controvertido

Alfonso Gallardo tiene casi tantos incondicionales como detractores en Extremadura, donde todo el mundo lo conoce, unos como un emprendedor incansable cuya iniciativa empresarial se ha convertido en el motor de desarrollo de la región; otros como el empresario más insaciable y contaminador que han conocido nunca. Lo cierto es que no aparenta ni una cosa ni la otra.

Nadie diría al verlo llegar a las 7:30 de la mañana a trabajar en su Fiat Punto que se dispone a mover miles de millones de euros o que es el primer productor de acero corrugado de España y el segundo productor de perfiles de Europa. Nada de corbata, ni de acicalamientos. "Mantiene la pinta de paisano, y hasta hace poco se movía en un Panda azul con casi tantos años como él", nos cuenta uno de sus empleados, que prefiere no dar su nombre porque sabe que "a Alfonso no le gusta salir en los periódicos, nada más que cuando él quiere".

El formidable éxito empresarial tampoco ha cambiado un ápice su rutina diaria de tantos años, que básicamente consiste en echar horas y más horas en el tajo. Sus empleados coinciden en que "es el primero que llega a la fábrica y el último que se va". Explican también que no es raro que los domingos, después de misa, se pase un rato por la fábrica; como tampoco lo es que si se desvela de madrugada aproveche para llamar y preguntar cómo va la cosa.

Trabajador, austero y religioso

Hace años que cumplió los 65, pero parece que tiene pocos planes de jubilarse. Dicen los que le conocen de cerca que "a trabajador no hay quien le gane", pero además añaden una clave más en su éxito económico: "es un hombre de poco gastar, no se ve por los bares ni lleva ropas caras". Uno de sus vecinos se atreve a ilustrar el dato poniendo en su boca frases como: "Mi mujer y yo con media tortilla para los dos nos apañamos, no necesitamos mucho".

Esto no quiere decir que Gallardo no se dé sus caprichitos. Dicen en el pueblo que entre su flota de coches tiene "un Bentley precioso de segunda mano y varios Mercedes, en los que suele hacer los viajes largos", junto a su chófer, claro. También se concede algún capricho taurino, incluso hay quien asegura haber visto a toreros como Fran Rivera por el pueblo con el 'Chatarrero'. También aclaran que la que de verdad es una gran aficionada a los toros es su mujer, Teresa.

La vida de Teresa tampoco parece haber notado el empacho de ceros que se ha dado su cuenta corriente en las últimas décadas. "Hace su vida de siempre, va al mercado, cuida de su casa, charla con las vecinas...", explica una mujer cincuentaytantos que vive muy cerca del matrimonio Gallardo.

Alfonso y Teresa comparten afición taurina y también unas profundas creencias religiosas. Hace algunos años destinó varios millones de pesetas a un manto para la virgen del Rosario. "Dicen que se gastó 7 millones. Pues menos manto y más subirle el sueldo a sus trabajadores", espeta uno de ellos después de explicar que los ánimos por la empresa están encendidos porque el jefe se niega a equiparar los sueldos al de los trabajadores de otras empresas del grupo situadas en Madrid y el País Vasco.

El trabajo incansable, la austeridad y un buen olfato para los negocios han sido algunas de sus claves para hacerse rico. Otros añaden a la fórmula un ingrediente más: sus estrechas relaciones con la Junta de Extremadura, que, dicen, le han allanado el camino. La compra del Grupo Zeta o la puesta en marcha de una refinería entre Villafranca de los Barros y Los Santos de Maimona (Badajoz) son los frentes abiertos en el Grupo Gallardo que más interés despiertan. Todo puede suceder. La historia de este hombre hecho a sí mismo promete seguir sumando capítulos.

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