Barcelona.- Heinrich Kieber, el hombre que entregó a la Hacienda alemana las listas de cientos de defraudadores con cuentas bancarias en Liechtenstein, tiene un pasado en Barcelona, ciudad a la que llegó a mediados de los noventa y en la que fue detenido por estafa por la Guardia Civil en 1996.
Según publica hoy La Vanguardia, Kieber tuvo que testificar ante un juez barcelonés por una estafa en la compraventa de un piso por 63 millones de pesetas (378.000 euros).
En 1996, Kieber pactó la compra de un dúplex situado en la zona alta de la ciudad propiedad de una familia que abonó con un cheque sin fondos.
Cuando los estafados se dieron cuenta del fraude, comprobaron que Kieber ya había revendido la vivienda a un tercero, un vecino de la misma escalera, por un precio sustancialmente menor.
Al parecer, Kieber era reincidente, ya que en el proceso de instrucción aparece también otra denuncia por una estafa similar supuestamente efectuada por él en Palma de Mallorca en las mismas fechas.
Tras ser detenido, interrogado y puesto en libertad en 1996, Heinrich Kieber volvió a su país natal, Liechtenstein, donde entró a trabajar para el banco LGT, entidad en la que se hizo con un CD con datos de cientos de millonarios defraudadores al fisco que luego vendió a los servicios secretos alemanes por 5 millones de euros.
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