Secciones bajar

Mitología electoral: ¿Sabes votar?

Por EUGENIA REDONDO (SOITU.ES)
Actualizado 09-03-2008 09:43 CET

Treinta años de democracia, nueve elecciones parlamentarias (con estas diez), y aún tenemos dudas sobre lo que pasa desde que depositamos nuestro voto en la urna, hasta que los partidos se reparten los escaños del Congreso, y se elige presiente del Gobierno. ¿Valen lo mismo todos los votos? ¿Es lo mismo votar en Ceuta que en Madrid? ¿Qué pasa si voto en blanco? ¿Y si no voto?

La culpa de todo este embrollo la tiene un tal Víctor d'Hondt, un jurista belga que, en el siglo XIX se inventó un método para hacer reparticiones proporcionales. El sistema acabó utilizándose en política para hacer el reparto de escaños de un parlamento y hoy en día se aplica en Argentina, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chile, Colombia, Croacia, Ecuador, Eslovenia, Finlandia, Guatemala, Irlanda, Israel, Japón, Países Bajos, Paraguay, Polonia, Portugal, República Checa, Suiza, Turquía, República Dominicana y Venezuela. En España elegimos diputados de esta forma desde 1977.

D'Hont es una especie de juego matemático. ¿Las reglas?:

  1. El sistema se aplica de manera independiente en cada provincia española, aunque el partido se presente a las elecciones en todo el territorio nacional.
  2. Cada provincia tiene un número de circunscripciones (cada circunscripción representa un escaño del Congreso) asignadas en función de su población. Así, mientras Madrid y Barcelona tienen 35 y 31 circunscripciones respectivamente (es decir, que aportarán 35 y 31 diputados a las Cortes), en otras provincias menos pobladas hay menos circunscripciones, como en Soria con tres, y Ceuta y Melilla que tienen una cada una.
  3. Sólo participan en el juego aquellos partidos que hayan obtenido más del 3% de la votación.

Una vez finalizados los comicios, dibujamos una tabla con los resultados de los partidos que hayan obtenido porcentajes más altos. En la primera fila se pone el nombre de los partidos (Partido 1, Partido 2, Partido 3...), mientras que en la primera columna escribimos el número de circunscripciones (1, 2, 3, ...). La segunda fila, correspondiente a la circunscripción 1 se rellena con el número de votos reales que ha obtenido cada partido.

Para rellenar el resto de la tabla, sólo hay que dividir los resultados electorales de cada partido entre el número de la fila correspondiente, es decir, entre 2, 3, 4... hasta completar el número de circunscripciones.

Pongamos que los partidos que han obtenido más del 3% de los votos son seis, en una provincia con 11 circunscripciones. Si nos inventamos el número de votos que ha obtenido cada partido, nos quedaría una tabla como la siguiente:

División Partido 1 Partido 2 Partido 3 Partido 4 Partido 5 Partido 6
1 168.000 104.000 72.000 64.000 40.000 32.000
2 84.000 52.000 36.000 32.000 20.000 16.000
3 56.000 34.667 24.000 21.333 13.133 10.667
4 42.000 26.000 18.000 16.000 10.000 8.000
5 33.600 20.800 14.400 12.800 8.000 6.400
6 28.000 17.333 12.000 10667 6.667 5.333
7 24.000 14.857 10.286 9.143 5.714 4.571
8 21.000 13.000 9.000 8.000 5.000 4.000
9 18.667 11.556 8.000 7.111 4.444 3.556
10 16.800 10.400 7.200 6.400 4.000 3.200
11 15.273 9.455 6.515 5.818 3.636 2.909

Una vez terminado este ejercicio, se procede a la entrega de premios, es decir, de escaños. Sólo podrán hacerse con un escaño los resultados más altos de la tabla. Si en la provincia hay once circunscripciones, tendrán silla en el Congreso los once números más altos de la tabla. En el ejemplo anterior, vemos los números más altos en negrita. Cuenta cuántos números en negrita tiene cada partido, y sabrás los escaños que se lleva.

NOTA: Aconsejamos utilizar un simulador del sistema D'Hont* si uno no quiere volverse loco.

Este sistema da lugar a situaciones bastante inverosímiles, como que un partido con más votos, tenga menos escaños en las Cortes españolas, ya que el procedimiento se aplica de manera independiente en cada provincia por lo que, los partidos que no obtengan escaños, pierden los votos de esa provincia. También ha dado rienda suelta a la mitología popular y que se escuchen afirmaciones tales, como que un voto vale más en una provincia que en otra, o que los votos en blanco favorecen a los partidos nacionalistas. En soitu.es queremos aclararte algunas de estas dudas para que sepas bien lo que haces cuando vayas a votar.

Si voto en una provincia pequeña, ¿vale más mi sufragio?

Es el mito que más se repite últimamente, a medida que se acercan las elecciones: Que si mi voto vale más en Lérida que en Madrid, que es mejor votar en Teruel que en Barcelona, o que la decisión con más peso es la de los sorianos. ¿Es esto verdad? La respuesta es sí y no.

  • Sí: En una provincia pequeña el coste de un escaño es mucho menor que en una provincia con más habitantes. Por ejemplo, si dividimos el número de votos válidos que se contabilizaron en total en la Comunidad de Madrid en las pasadas elecciones generales (3.482.990), entre el número de circunscripciones (35), vemos que el coste del escaño en Madrid fue de aproximadamente 100.000 votos, mientras que los diputados sorianos sólo necesitaron algo más de 19.000 votos para lograr la representación en el Congreso. De ahí que los grandes partidos se peleen con uñas y dientes por los escaños de las provincias, un juego, del que los más pequeños quedan al margen.
  • No: La otra cara del voto de provincias es que, si el partido al que votas no obtiene el porcentaje suficiente, tu voto no cuenta. Por ejemplo, para obtener un escaño en una provincia como Valladolid, con 5 circunscripciones, Izquierda Unida necesita superar el 15% de la votación para obtener un sólo diputado, algo que no ha ocurrido en esa provincia en estos treinta años de democracia, con lo que los votos a esta formación política no le han ayudado a conseguir ningún escaño en el Parlamento español.

¿Y si voto en Madrid o Barcelona?

En las provincias más habitadas, al tener más escaños, los votos quedan más repartidos. Es una regla universal: cuanto más grande sea el pastel a repartir, más toca a cada uno. Así, si Izquierda Unida necesitaba alcanzar el 15% de los votos para lograr un escaño, en Madrid puede obtener dos escaños tranquilamente, sin llegar al 7% de los sufragios. Es decir, en las provincias más grandes, se necesitan más votos para lograr un escaño, pero menos proporción, por lo que los partidos minoritarios quedan favorecidos en el reparto.

Si voto en blanco, ¿qué pasa?

Votas en blanco cuando el sobre que depositas en la urna de tu colegio electoral está vacío. Son votos válidos y se tienen en cuenta en la primera fase del escrutinio.

En teoría, en elecciones como las nuestras, en las que se presentan varios candidatos, el voto en blanco favorece a los partidos mayoritarios, ya que hace que el escaño "cueste más". Lo explica el profesor de Sistema Político Español de la Univerisad Complutense de Madrid, Juan Carlos Monedero:

Si hay 1.000 votos y hay diez escaños, el primer escaño se adjudicaría a quien tuviera 1.000 votos, el segundo al que tuviera 500, el tercero al que obtuviera 333, etc. Así, hasta el décimo, que se le daría al que tuviera 100. Pero si además se sumasen, por ejemplo 300 votos en blanco, todo sube. El primer escaño 1.300, el segundo 650, etc. De manera que los partidos grandes tienen más oportunidades y los pequeños menos.

Sin embargo, la cosa cambiaría si el número de votos en blanco fuera más significativo. En ese caso, dice Monedero, "la gente estaría diciendo: me gusta la democracia pero no me gustan estos partidos", por lo que el voto en blanco significaría un "llamado de atención" a las facciones políticas españolas. Esto aún no ha ocurrido.

¿Y si no voto?

Votar es un derecho constitucional y, en algunos países como Australia, Argentina y los Países Bajos, es una norma de obligado cumplimiento. Se le denomina sufragio obligatorio. En España no es obligatorio ir a votar, y la abstención suele oscilar entre el 20 y el 30%.

Claro que la abstención puede servir también como baza electoral. Al menos así piensa el secretario de Comunicación del Partido popular, Gabriel Elorriaga que, en una entrevista en el Financial Times, aseguró que el PP se beneficiaría de que la gente se quedara en su casa el próximo día 9 de marzo. Este es, quizá, el motivo de que el PSOE haya pedido a los ciudadanos que "voten con todas sus fuerzas".

¿Si se aplicase el sistema D´Hont con los resultados nacionales?

Una de las propuestas para resolver la injusticia para algunos partidos pequeños de ámbito nacional que, aunque reciben más votos, tienen menos representación, es eliminar las votaciones por provincias, y tener en cuenta los resultados totales del país. ¿Qué pasaría si aplicáramos D'Hont en este caso?

Tomemos como referencia los resultados de 2004. Ese año, en el que se contabilizaron 25.846.620 votos válidos, sólo cuatro partidos obtuvieron más del 3% de los votos: PSOE (42,64% ), PP (37,64% ), IU (4,96% ) y CiU (3,24% ).

Con estos resultados, veríamos tres diferencias claras con el panorama político actual:

  1. La mayoría de los sillones de la Cámara Baja estarían ocupados por diputados del PSOE y el PP.
  2. Izquierda Unida sería la tercera fuerza del país.
  3. ERC, PNV, CC, BNG, CHA y EA, partidos que, hasta la disolución de las Cortes en enero, contaban con representación en el Congreso, no contarían con ningún escaño.

¿Y si se aplicase el sistema "una persona un voto"?

De esta manera, en 2004, PP y PSOE seguirían siendo las principales fuerzas, pero con menos escaños y, de nuevo, Izquierda Unida sería la tercera fuerza del Congreso:

  • PSOE 149 escaños (En 2004 obtuvo 164)
  • PP 131 escaños (En 2004 obtuvo 148)
  • IU 17 escaños (En 2004 obtuvo 5, por detrás de CiU, ERC y PNV)
  • CiU 11 escaños (En 2004 obtuvo 10)
  • Sobrarían 42 escaños que se repartirían entre el resto de formaciones

Analizando estos resultados es fácil darse cuenta de que Izquierda Unida es, sin duda, el mayor perjudicado del sistema actual, perdiendo alrededor de 10 escaños. Sin embargo, desde la directiva de este partido, no culpan a D'Hondt de esta situación, ya que consideran que es "una mera fórmula matemática". Para Juan Carlos Monedero, este fallo podría corregirse aumentando el número de diputados a 400, como permite la Ley Electoral. "Para favorecer la proporcionalidad, se podría aumentar la circunscripción o aumentar el número de escaños", explica el profesor.

¿Qué es el voto útil?

El 'voto útil' es el sufragio emitido por una persona, no para que gane el partido al que está votando, sino para que pierda otro partido con posibilidades de ganar. Generalmente, es la consigna de las filas socialistas para aglutinar el voto de la izquierda en contra del PP.

Izquierda Unida cree que "el PSOE se aprovecha, en este sentido, de la injusta ley electoral que prima el voto a los partidos mayoritarios en cada ámbito y penaliza el de Izquierda Unida", ya que la única posibilidad de 'voto útil' en España es el voto al PP para frenar al PSOE, o viceversa. Además, han lanzado una campaña explicando cómo, en ocasiones, el voto útil de la izquierda al PSOE, puede acabar favoreciendo al PP.


Si quieres saber más sobre las elecciones y cómo votar, puedes consultar en:

Di lo que quieras

Aceptar

Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »

En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.

Di lo que quieras

Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.

Volver a actualidad Volver a portada
subir Subir al principio de la página