Hay que tener valor para romper con el restaurante con el que has alcanzado la gloria, en el que te has dejado la piel y al que la Guía Michelín ha premiado con dos estrellas. Pero si algo le sobra a este inconformista y genial cocinero catalán afincado en Madrid desde hace 10 años es arrestos para reinventarse y medir sus ideas consigo mismo.
Con la adrenalina disparada ante el reto de convertir su Sergi Arola- Gastro en un bistrot de referencia, hoy abre las puertas en la calle Zurbano, 31, en Madrid. Un espacio muy personal, cálido y dividido en dos plantas con vida independiente aunque complementaria, con la cocina también a dos alturas comunicadas por un ascensor. En la planta baja, la bodega impresiona, con sus ilustres y apetecibles botellas. El local destila la pasión y el mimo con que se ha construido. Ubicado en una de las calles más nobles de la capital, vecino del Hotel Santo Mauro y rodeado de casas señoriales, la entrada pasa casi desapercibida. Quizá por eso, soprende aún más descubrir sus múltiples posibilidades.
En la planta de arriba, el restaurante es un intento por volver a los orígenes con la experiencia ganada por los años. Es el sueño, la energía y las ganas de su primer local en Dr. Fleming enriquecido por vivencias únicas. Después de tocar el cielo con las manos en La Broche del hotel Miguel Ángel, y de desarrollar una intensa relación profesional con la cadena Occidental, Sara Fort y Sergi Arola querían recuperar su niña bonita, y de paso las riendas del negocio. Claro que el divorcio conlleva el cese de la vinculación de Sergi con el restaurante Arola del Reina Sofía y despedirse de las dos estrellas de La Broche, además del asesoramiento de diversos establecimientos de la cadena en México.
Sergi está feliz, excitado con la idea de entregarse a la creación de texturas y sabores, su fuerte, el terreno que mejor domina. La corriente tan en boga de la bistronomía apoya su apuesta de bistrot ilustrado. El concepto es el de casa de comidas de lujo, con sólo cuatro menús entre los que elegir. El menú Gastro, el más extenso, es un homenaje a la cuna, a la tierra, a Cataluña. Medido y muy pensado, salpicado de detalles internacionales con el genuino sello Arola. El Básico está en manos de Sara Fort, ella propone una selección de entre sus platos más reconocibles. Para una comida rápida pero inolvidable se ha diseñado el Ejecutivo y para los queseros queda lanzarse al Amantes del queso.
En el piso de abajo, una coctelería para instalarse hasta que te echen. Con un barman , Diego Cabrera, que ya ha demostrado sus dotes para los elixires mágicos en el Arola. Una carta breve de tentempiés tan deliciosos como las ostras escabechadas y las ganas de volver antes de haberte ido.
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