Quedan seis meses para que den comienzo los Juegos Olímpicos de Pekín el próximo 8 de agosto. Los comités de algunos países, especialmente Estados Unidos, están elaborando estrategias para combatir la contaminación a la que sus deportistas tendrán que enfrentarse antes y durante la competición. Randy Wilber, un científico de 53 años que trabaja en el Olympic Training Center de EEUU, es el encargado de diseñar el plan estadounidense. En principio no quiere dar muchas pistas, sería darle facilidades a los enemigos. ¿Qué pasa con España?
Según algunos deportistas españoles consultados por soitu.es, ni desde el Comité Olímpico Español, ni desde la Federación de Atletismo se les ha dado ninguna directriz al respecto. La polución del aire en Pekín está hoy cinco veces por encima de los estándares saludables de la Organización Mundial de la Salud. Jacques Rogge, presidente del COI, confía en que el 8 de agosto el aire estará limpio porque los responsables chinos «no van a decepcionar al mundo». Tienen previsto tomar medidas como limitar el uso de vehículos o cerrar algunas fábricas. La contaminación ya había sido motivo de preocupación antes de los Juegos de Los Ángeles (1984) y Atenas (2004), y tanto Rogge como Peter Ueberroth, presidente de USOC, recuerdan que cuando empezaron las competiciones no hubo problema alguno.
Los deportistas que se pueden ver afectados en mayor medida son aquellos que van a pasar más tiempo en competiciones al aire libre, como maratón, marcha, ciclismo o triatlón. El marchador andaluz Paquillo Fernández no se muestra excesivamente preocupado por la contaminación: «Ya competí el año pasado en Shangai y no noté nada. Con ir 10 ó 12 días antes yo personalmente me acostumbro». El atleta afirma que «aún es pronto para movilizarse en ese sentido», aunque asegura que él entrenará en un pueblo de Japón que le gusta especialmente.Mayte Martínez, una de las esperanzas españolas en la prueba de 800 metros, asegura que «la competición va a ser para todos igual». De momento, no han recibido ningún consejo específico. Ella asegura que existen dos vías: «o ir varios días antes para aclimatarte o llegar justo en el momento de empezar a competir para no sufrir mucho la contaminación». Aunque eso sí, intentará «salir lo mínimo del hotel».
El COE publica en su página web un informe de condiciones de adaptación de los deportistas españoles al clima y al horario, pero no hace ninguna referencia al modo de combatir la contaminación. Y desde la Federación se dice que no hay que ser alarmistas con la situación. Según Francisco Javier López-Silvarrey, subdirector de la Escuela de Medicina de la Educación Física y el Deporte de la Complutense de Madrid, es una «actitud irresponsable» pensar que la contaminación no va a afectar el rendimiento o la salud del deportista y «conviene hacer un estudio para 'educar' a los atletas», ya que algunos de ellos no son realmente conscientes.
Las partículas, el ozono, los azufres, los metales... todos afectan a la salud de una persona normal, pero su efecto se multiplica en el caso de un deportista en los momentos de pleno esfuerzo. Según López-Silvarrey, los efectos de la contaminación en pleno ejercicio serían los siguientes.
Puestos a ser alarmistas, ¿no sería necesario un plan estratégico o, al menos, una serie de recomendaciones a los deportistas españoles, aunque todas sean de sentido común? Las del doctor López-Silvarrey son lógicas, pero básicas:
Los norteamericanos se han planteado, incluso, la utilización de máscaras durante la competición, pero han desechado la idea por considerar que puede ofender a los chinos y generar un problema político. Atletas de la talla de Haile Gebrselassie, que ostenta el récord mundial de maratón y sufre alergias, o Justin Henin, la número uno mundial del tenis femenino, que tiene asma, han expresado sus reservas para competir en los Juegos Olímpicos por los altos niveles de contaminación.
Colby Pearce, de 35 años, candidato olímpico de ciclismo en pista, dijo que vio niebla tóxica flotando dentro del velódromo de Pekín. Le empezó a picar la garganta y desarrolló una bronquitis por la contaminación del aire. Tim Hornsby, candidato americano olímpico en la modalidad de sprint de piragüismo, tiene asma inducida por el ejercicio y comentó que poseer un inhalador sería esencial para aquellos que sufren problemas respiratorios.
Los miembros del equipo norteamericano de triatlón llevaban puestos el pasado septiembre en China máscaras para protegerse. Se las quitaron antes de competir. Cuando bajaron del autobús, parecían un grupo de cirujanos o una concentración de Darth Vaders. Ningún otro equipo llevaba máscaras y algunos contrincantes se burlaban de ellos. «La verdad es que sí pareces un poco tonto cuando la llevas», comentó uno de ellos, pero aseguró que al comenzar a competir no le picaba la garganta.
Es cuestión de rendimiento, pero también lo es de salud. Esperemos que la estrategia española sea tan secreta que exista de verdad.
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