La fiebre de lo neoretro llega a la moto

BARCELONA.-  Primero vino el VW New Beetle, luego llegó el exitoso Mini. Hemos soñado con la reedición del mítico Ford Mustang, especialmente con la versión dedicada a Bullitt, el personaje encarnado en 1968 por Steve McQueen que realizó la mejor persecución de coches jamás filmada por las calles de San Francisco). Ahora podemos volvernos locos intentado crear a la carta nuestro propio Fiat 500… En el mundo de las cuatro ruedas hemos visto muchos ejemplos recientes de reediciones de modelos clásicos, y una auténtica fiebre por todo lo que suene a clásico, pero fabricado hoy en día. Este fenómeno ha comenzado a llegar con fuerza al sector de las dos ruedas… y hasta al de la moda, ya que hay mucha gente que quiere gorras, relojes, camisetas o placas decorativas de marcas que desaparecieron antes incluso de que pudieran haberlas conocido.

Hay nombres que denominan a modelos actuales de dos ruedas, que a los nostálgicos, y a los no tan jóvenes, nos recuerdan a motos míticas de los años 60 y 70. Algunos ejemplos son las Ducati GT, Sport o Paul Smart, las Honda CB 1100 F o CB 1100 R, las Triumph Bonneville o Truxton, las Voxan Black Magic, o incluso reediciones de las archipopulares Vespa S.

Diversos son los modelos de los fabricantes de motos y scooters que copian fielmente las líneas de productos ya muy lejanos en el tiempo, pero que a todos nos recuerdan a la moto que tuvimos o deseamos, o simplemente a la que tenía nuestro padre o abuelo cuando éramos pequeños. Las marcas han visto el filón que supone tomar la base de un modelo moderno y disfrazarlo convenientemente de uno clásico, permitiendo así que el comportamiento dinámico sea el de un vehículo actual. De ese modo, cualquiera puede tener un modelo histórico sin tener que sufrir la falta de fiabilidad mecánica, problemas a la hora de encontrar recambio, o dificultades en el repostaje debido a que consumen gasolina sin plomo convencional.

Pero también sin ruedas

Hay otra fiebre relacionada con lo retro y la moto que está causando furor, especialmente entre los habitualmente considerados como ‘fashion victims’, los adolescentes. Se trata de la popularización de ropa y complementos de todo tipo con logotipos o grafismos de marcas o modelos antiguos. Hace muchos años que ciertas firmas españolas, como Bultaco, Ossa o Montesa dejaron de producir motos (la última sobrevive con máquinas de trial, pero se trata esencialmente de motos fabricadas por Honda y destinadas casi en exclusiva para competir). Pero el caso es que es difícil ir a una discoteca o a un bar de moda sin encontrar a chavales que visten una camiseta, una sudadera o un cinturón que luzca el emblema de cualquiera de estas marcas, o sin ver a chicas de cuyos hombros cuelgan bolsos con dibujos de modelos clásicos de Vespa. ¿Durará mucho la fiebre? De momento tenemos claro que si SEAT reeditara el 600, o si Montesa hiciera lo propio con la Impala, triunfarían.