Los resultados de unas elecciones están abiertos a todo tipo de lecturas. De hecho, los políticos tienen una habilidad innata para no salir nunca perdedores. Sin embargo, en Estados Unidos, de verdad que es imposible hacer una lectura en una sola dirección. Por ejemplo, posibles interpretaciones para el 'Supermartes':
Entonces, ¿qué se puede sacar en claro del supercacareado 'Supermartes'? Pues bien, puede decirse que perdura la incógnita en el bando demócrata (si bien Clinton se ha apuntado la batalla moral de California), y que McCain se afianza como líder entre los republicanos.
La noche ha empezado como si de una partida de 'Risk' se tratara, con un reparto del territorio muy equilibrado. El norte y el centro para Obama, y Nueva York con sus aledaños para Clinton. A partir de entonces, un mayor número de estados se ha pronunciado a favor de Obama. Sin embargo, Clinton ha sabido hacerse fuerte en aquellos territorios con mayor peso en cuanto al número de delegados, como en Nueva York, Nueva Jersey y, sobre todo, California (donde la senadora por Nueva York ha vencido con un amplio margen).
La victoria en California es especialmente significativa, ya que, además de la elevada cifra de delegados que proporciona, supone un grave revés a las aspiraciones de Obama, que se había visto crecer en las encuestas. Así, el resultado pone los pies en el suelo al candidato por Illinois, que tendrá que seguir batallando para cosechar un mayor número de delegados que su contrincante. Para conseguirlo, Obama parece dispuesto a perseverar en su mensaje: "Nuestra hora ha llegado, este movimiento es real y el cambio llega a Estados Unidos", ha dicho en Chicago al ritmo en que se iban conociendo los resultados.
La conclusión que saca 'The New Times' es elocuente: "El espectáculo continúa".
Los resultados de momento quedan así:
Las cosas parecen algo más claras entre los republicanos. McCain se ha impuesto en la mayor parte de los estados y ha reforzado su posición de liderazgo en el partido. Además, su principal contendiente, Mitt Romney, ha obtenido unos resultados algo discretos, a pesar de haber remontado el vuelo en los últimos recuentos.
En opinión de los analistas, la confirmación de McCain como favorito es una buena noticia para el Partido Republicano, porque les permitirá, desde ahora, empezar a unir fuerzas en torno a McCain, y convertirlo en un candidato fuerte de cara a las presidenciales de noviembre, señala Efe. Sin embargo, sus dos principales rivales, Romney y Huckabee, no parecen dispuestos a arrojar la toalla tan fácilmente.
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