Madrid.- Todavía son pocos, pero Proyecto Hombre ya trata a decenas de jóvenes de toda España que tienen una nueva adicción: el abuso de las nuevas tecnologías como los videojuegos, los juegos 'on line', Internet o los teléfonos móviles.
Por lo general, estos jóvenes llegan a los centros de Proyecto Hombre con diversas adicciones porque, al igual que los politoxicómanos, que combinan la adicción a diversas sustancias, éstos dependen de varios factores al mismo tiempo, explica Fernando del Río, responsable del centro que esta ONG tiene en Burgos.
Sólo en este centro, Proyecto Hombre trata las adicciones o "abusos", como matiza Fernando Ríos, de una treintena de chavales que tienen entre 12 y 21 años.
La mayoría de ellos comparten rasgos y comportamientos comunes como aislamiento, conflictos familiares, nerviosismo, ansiedad y fracaso escolar, principalmente.
Según Del Río, más que "adictos" son jóvenes que "abusan de las nuevas tecnologías" y aunque esta dependencia altera su comportamiento, tiene "menor intensidad" que la adicción a la droga.
Además, aproximadamente el 60 por ciento de los jóvenes que reciben tratamiento en el centro burgalés de Proyecto Hombre combinan el abuso de las nuevas tecnologías y del móvil con la adicción a consumos de fin de semana (alcohol y drogas), porque en todos ellos subyacen "problemas más graves".
Para las familias, explica, es difícil reconocer que su hijo tiene un problema de dependencia porque el "enganche" a los videojuegos, Internet o al móvil "no sale de la habitación" ni crea alarma social, ni transmite infecciones, ni induce a cometer delitos y, en definitiva, "no crea alarma social".
De hecho, estas dependencias pasan tan desapercibidas, explica Del Río, que las familias "no lo ven como un problema".
"Si acuden a nosotros lo hacen porque ven otros problemas como el aislamiento familiar, el fracaso escolar o la violencia" y sólo un cinco por ciento de estos chicos asume que tiene un problema.
No obstante, Fernando del Río subraya que no hay que "demonizar" las nuevas tecnologías porque no es negativo que un niño acceda a Internet o que tenga un teléfono móvil para ser localizado por sus padres siempre que lo haga correctamente.
El secreto, como en todo -matiza- está en hacer un buen uso de estos instrumentos y sobre todo "uso mejor que abuso".
Además del centro de Burgos, Proyecto Hombre combate estas adicciones en Barcelona, Jerez de la Frontera y Cádiz.
Para prevenir estos comportamientos, en 2007, la comunidad de Madrid puso en marcha "Avanzamos", un programa de prevención de adicciones a las nuevas tecnologías que se prorrogará hasta el 2009 porque "su resultado ha sido netamente positivo", según el director gerente de la Agencia Antidroga, Manuel Molina.
Como Del Río, Molina subraya que "no se debe, en ningún caso, culpar a las nuevas tecnologías, porque su uso razonable puede ser enormemente positivo para los jóvenes".
El programa "Avanzamos", que costará 399.168 euros a la Comunidad de Madrid, se aplicará a 18.000 niños de quinto y sexto de Primaria durante los cursos escolares 2007-2008 y 2008-2009 y a sus padres.
"Avanzamos" intenta prevenir la adicción a las nuevas tecnologías a través de la promoción de un uso correcto de las mismas.
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