Perú celebra el día de su pisco

Lima (Perú).-  Pisco es Perú. Al menos eso dicen los peruanos. Habría que ver qué contestan los chilenos. Yo estoy en Perú, específicamente en Lima. Hace un año exacto que estoy aquí y la fecha "patria" no me deja mentir: cuando llegué, se celebraba el Día del Pisco. Es que aquí tenemos celebraciones de lo más pintorescas, si ustedes vieran. Está también, por ejemplo, el Día Nacional de la Papa —la patata—, porque Perú tiene, entre otras cosas, la mayor variedad de papas del mundo. Pero nos estamos yendo del tema, que hoy lo importante es el pisco; su día, y su celebración: primer sábado de febrero, Día del Pisco.

En realidad, a los peruanos no les hace falta tener un día oficial para darse el gusto. Aquí el pisco es la bebida vedette siempre, los 365 días del año. Se bebe solo —en soledad también, pero me refería al pisco puro— o se bebe en alguno de sus maravillosos tragos. Uno de ellos, el cóctel emblemático, es el pisco sour, el hijo predilecto de estas tierras (anoten: pisco + jarabe de goma + claras de huevo + jugo de limón + hielo + amargo de angostura). Otro es el maracuyá sour —una ocurrencia de lo más exquisita, usar maracuyá en vez de limón— y otro más, éste ya más moderno, es el coca sour, típico pedido de turista gringo que piensa que mientras bebe se está drogando—.

¿Mi preferido? Sin dudas el maracuyá sour. Y el lugar para pedirlo, Pescados Capitales. Ciertamente Pescados… es un restaurante que se destaca más por su carta (que es sencillamente increíble; otro día hablaremos de la gastronomía peruana) y no tanto por sus brebajes: pero yo, concretamente yo, tomé ahí el maracuyá sour más rico del mundo.

Si es por tradición, hay que ir a tomar pisco sour a, por lo menos, dos lugares (y por seguridad, antes de que caiga el sol): El Queirolo y El Bolivariano, los dos por el centro. El Queirolo es una de las pocas tabernas que quedan abiertas de finales del siglo XIX. Ahí, además, tienen una rareza: el masco sour (pisco macerado en ciruela).

Para la noche está muy bien el bar Huaringas, en las Brujas de Cachiche (Miraflores). Éste es el bar preferido de mi amigo Jorge, que poco menos se zambulle, a diario, en cantidades industriales de pisco sour mientras insiste, con el último aliento que le va quedando, que la combinación precio/medida en las Brujas… es insuperable. Te lo sirven doble y hasta triple. En fin, que tres copones de esos y pedir que te vayan a buscar.

Al aire libre, y hasta gratis. Aprovechen el día de la celebración y pasen por el parque Kennedy (es el parque que sale al óvalo de Miraflores). Ahí montan puestos en los que ofrecen -venden, pero también regalan para degustar- piscos de distintas bodegas y diversos productores. Si no hace buen tiempo para ir este sábado se puede ir el siguiente porque seguro que seguro repiten. Ya sabemos que aquí la formalidad no se lleva bien con los lugareños y es difícil pensar que la gracia se acotará exclusivamente al sábado 2 de febrero. De hecho, en el distrito de Surco ya avisaron que van a festejar el 1, el 2 y también el 3 de febrero. La cita es en el Parque de la Amistad y la inauguración del "Festival de pisco sour" es al mediodía. Dicen que va a ir Alan García y que además de piscos habrá shows artísticos y musicales. Incluso se va a poder comprar el "pan de pisco" preparado especialmente para la ocasión. Esto es pan relleno con mermelada de pasas maceradas en pisco surcano y masa artesanal de pan dulce. Pesa medio kilo y por 5 soles, es una auténtica ganga.

• Una receta casera para preparar el jarabe de goma que lleva el pisco sour. Esto es para los peruanos que viven en el exterior. Deberían hacerla y después contarnos cómo les fue.
• Uhhh, tiembla Perú… No sólo los chilenos, ahora dicen que los argentinos también se apuntan a la elaboración del pisco.
• Se calcula que, el año pasado, la producción nacional de pisco —entre industrial y artesanal— sumó casi 5 millones de litros. Al parecer lo liquidamos todo aquí mismo, porque de esa cifra, el 97% va para el consumo interno y sólo el resto va para exportación. Con razón me dolía la cabeza. Ahora, la pregunta es, ¿cómo puede ser que se exporte tan poco?