Secciones bajar

Los otros humedales: las charcas

  • Extremadura destina subvenciones de más de 1.500 euros a la creación de charcas
Por AMANDA DEL RÍO* (SOITU.ES)
Actualizado 02-02-2008 12:04 CET

MADRID.-  En el Día Mundial de los Humedales, se vuelve a insistir hoy en la importancia de estos ecosistemas amenazados por la escasez de agua o la sobreexplotación de acuíferos. Ahora bien, lo habitual es que todas las miradas vayan a los grandes espacios húmedos y más emblemáticos, y ni siquiera se mencionen otros humedales mucho más pequeños, pero también valiosos: las charcas.

Con motivo de esta celebración, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) ha anunciado la declaración del pato colorado (Netta rufina) como Ave del Año 2008.

Esta especie acuática está justamente amenazado por la continua pérdida de la calidad de las aguas, la desaparición de los lugares de reproducción e invernada o las molestias humanas generadas en estos espacios, como actividades recreativas o cinegéticas. Además, las zonas más importantes para este ave son las que la SEO/Birdlife ha señalado como en un peor estado de conservación, como Daimiel, la Albufera de Valencia o el Hondo.

En España no contamos con grandes lagos como otros países europeos, pero sí con importantes humedales protegidos por Ramsar, como marismas, rías o lagunas esteparias, fundamentales para la conservación de la avifauna.

Estos ecosistemas no sólo alimentan y crían a las aves, sino que también la humanidad ha aprovechado siempre sus recursos: mariscos, arroz. pastos para el ganado. Pero por lo general se suele reparar poco en los humedales más pequeños, las charcas ganaderas.

Estas charcas ganaderas, a veces creadas por la naturaleza y otras por la mano del hombre, son elementos de vital importancia. Destinadas como abrevadero para el ganado o para riego, son la base de la actividad económica del propietario de la finca. Las prácticas agrarias, a lo largo de mucho tiempo, han creado estos humedales que además constituyen hábitats esenciales para aves, anfibios, plantas acuáticas, etc.

En un país amenazado por la sequía y donde el problema de la desertificación resulta muy grave (Ministerio de Medio Ambiente), preocuparse por conservar el agua de los terrenos agrícolas que nos alimentan es una estrategia fundamental.

Basta recordar que más del 40% de la superficie de la Tierra se dedica a la agricultura (FAO). Y la agricultura consume el 70% del agua apta para consumo humano del planeta (Unesco).

La contribución de las charcas es importante para el aumento de la biodiversidad, no sólo como ecosistema húmedo, sino también porque:

  • El agua que almacenan se filtra poco a poco por la tierra ayudando a la fertilidad y riqueza del suelo, y proporcionan humedad a gran parte de la finca. A lo largo de los años el agua se expande bajo la tierra, mejorando el suelo y los árboles.
  • Agregan elementos de interés al paisaje. Si la tipología de las charcas de una misma finca es variable se crea una variedad de ambientes, y por consiguiente, un aumento de la diversidad de paisajes.

Las charcas, por ejemplo, son muy comunes en las dehesas, que cubren más de dos millones de hectáreas de España (Fuente: Libro Blanco de la Agricultura Española). Allí acuden en busca de alimento buitres negros y leonados, el águila imperial, el águila calzada o el lince ibérico, entre otros. Aunque las aves y los mamíferos sean los que más se han estudiado, los anfibios, las plantas, los reptiles y los insectos también son fundamentales pero están insuficientemente inventariados. Además, estos territorios son verdaderos conservatorios in situ de variedades vegetales y de razas ganaderas locales. Por tanto, estos espacios son entornos agrícolas de gran valor natural.

La gestión ganadera y agrícola es clave para la conservación de las charcas, pudiendo ser perfectamente compatibles conservación y producción. De nada valdría protegerlas, aislarlas y vallarlas. Requieren de la complicidad de los habitantes del campo para su pervivencia.

Los propietarios de fincas, por ejemplo los extremeños, cuentan con subvenciones destinadas a la creación de charcas de hasta 1.502 euros o por mejora de charca de hasta 601 euros. También se les apoya para que mantengan elementos que benefician a la flora y a la fauna, como los setos, la vegetación de las orillas, los muros de piedra, pilones...

¿De qué otra manera se podría ayudar a que los propietarios de fincas privadas mantengan y conserven estos humedales?


* Amanda del Río es ambientóloga y trabaja en la Fundación Global Nature

Di lo que quieras

Aceptar

Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »

En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.

Di lo que quieras

Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.

Volver a medioambiente Volver a portada
subir Subir al principio de la página