Los plantadores de árboles

MADRID.-  Si uno busca en internet la historia del Día del Árbol, encontrará que fue el periodista Julius Sterling el que empezó a movilizar a los ciudadanos de Nebraska (EE UU) en 1872 para que saliesen a plantar en una jornada festiva, que se convertiría después en una tradición, o que en realidad esta costumbre surgió en 1840 en Suecia, siendo exportada más tarde por los emigrantes que partieron a Norteamérica. Posiblemente, no hallará mucho sobre Villanueva de la Sierra o sobre Mondoñedo.

Sin embargo, el primero de estos municipios, en Cáceres, conmemora ahora el 203º aniversario de su primera fiesta del árbol, celebrada en 1805, promovida por el párroco Ramón Vacas, un martes de Carnaval. Y el segundo, en Lugo, tiene documentada una celebración similar que data de hace más de 400 años, impulsada por su regidor Luis de Luaces.

"Yo nací en 1940 y sabía de la fiesta por lo que me contaba mi abuelo, pues se interrumpió durante los años de Guerra Civil, incluso he conocido muchos árboles plantados en la primera época", cuenta Antonia Aparicio, concejala de Villanueva de la Sierra, "todavía recuerdo el día que cortaron un álamo negrillo que aquí era todo un símbolo, yo tenía 4 años y fue como si se abriese la sierra en dos, tenía un agujero en el tronco tan grande que mi abuelo decía que se podían meter hasta cuatro personas en las noches de invierno".

Como cuenta esta villanovense, el párroco Ramón Vacas impulsó la plantación de árboles con los niños de la escuela en 1805 para recuperar los montes destruidos en la guerra contra las tropas de Napoleón y luego esta fiesta se continuó celebrando, hasta su interrupción en los años de otra contienda, la de 1936. "La celebración se recuperó en 1972 y ya no se ha dejado de hacer desde entonces", destaca la concejala, "fue porque nos dieron un premio y tuvieron que ir a Barcelona el maestro, el alcalde y el cura a recogerlo, allí les entregaron el diploma que acredita al pueblo como el primero del mundo en celebrar la fiesta del árbol".

En el concello de Mondoñedo conocen la historia de Villanueva de la Sierra, y de su diploma, pero aseguran que ellos se adelantaron más de 200 años. En un manuscrito del padre Fray Francisco de Mujica, se cuenta cómo el regidor de la ciudad, Luis de Luaces plantó una arboleda camino de Abadín y convocó a todos los comarcanos y a todos los niños a un gran banquete "para que quedase memoria". La fecha exacta no está del todo clara.

El historiador Francisco Mayán Fernández halló en los archivos municipales un acuerdo de 24 de enero de 1569 en que se pide a los vecinos que plantan por san Blas tres árboles diferentes, "so pena que el que faltare de las traer y plantar pague por cada árbol medio real". Y de ahí se deduce que la fiesta pudo celebrarse el 4 de febrero de 1569.

Pasados más de dos siglos desde que Vacas enterrara las primeras semillas de esta fiesta, Villanueva de la Sierra volverá a recuperar esta tradición del 2 al 5 de febrero. Como detalla Álvaro Casanova, de la Fundación Global Nature, una de las ONG que colaboran con la fiesta, se espera plantar cerca de medio millar de árboles de 25 especies diferentes. Y en el caso de Mondoñedo, todavía no se sabe si celebrarán la fiesta este año, entre marzo y abril.

Estas fiestas del árbol llegaron a ser muy populares en toda España en el pasado y contribuyeron a reforestar muchos lugares. "La Asociación de Amigos de la Fiesta del Árbol creada a comienzos del siglo XX impulsaba estas plantaciones por todos los pueblos del país y se informaba incluso en el periódico de las reforestaciones más importantes", destaca el botánico valenciano Bernabé Moya, que considera que no se ha vuelto a producir un fenómeno así en el país. "Hoy se intenta emular, pero no tiene nada que ver con aquello".

Precisamente, durante el año 2007 una campaña de Naciones Unidas promovida por la africana Wangari Maathai, 'Plantemos para el planeta', se propuso plantar mil millones de árboles en el mundo y lo consiguió. Aquí, en el país, participaron organizaciones como Ecologistas en Acción, que logró la marca de 132.340 árboles.

"En España no tenemos ninguna Wangari Maathai, para hablar de un verdadero plantador de árboles, quizá habría que remontarse a figuras como Ricardo Codorniú", recalca el botánico Bernabé Moya. Con todo, son muchas las personas y ONG que de forma desinteresada tratan de revegetar el territorio.

De entre todas estas organizaciones, la campeona de la reforestación posiblemente sea la asociación ARBA, con gente como Emilio Blanco, Andrés Revilla o Simón Cortés. Según éste último, presidente de la organización, por medio de las replantaciones de fin de semana, ARBA ha podido plantar cerca de un millón de árboles desde su creación en 1984 .

Otro caso curioso es el de la organización FAPAS, que acaba de terminar una plantación de 150.000 árboles frutales en dos años. Sin embargo, esto es distinto. "Se trataba de una medida compensatoria de un parque eólico en un concejo de Asturias y ha sido un trabajo sometido a un proyecto profesional", incide su presidente, Roberto Hastasánchez. Este grupo conservacionista lleva unos seis años reforestando estos montes con frutales para mejorar el hábitat del oso pardo y ya van por cerca de los 200.000 plantados.

"Las plantaciones con voluntarios son importantes por su carácter reivindicativo, pero son más un símbolo, pues son muchos los ejemplares que no sobreviven", incide Hartasánchez, "esto es distinto, nosotros hemos creado un equipo profesional con gente contratada".

Otros nombres propios cuyo trabajo está reconocido por los plantadores del país son Juan Carlos Cabrero Figuiero o Javier Pastor Gallego, de la asociación AROCA, que decidieron de forma reciente cesar sus actividades. "Han tirado la toalla por aburrimiento, pues en Castilla y León era como si tuvieran que plantar los árboles a escondidas", comenta el presidente de FAPAS.

¿Conoces a otros plantadores de árboles destacados que se dediquen a reforestar de forma desinteresada? ¿Existe en alguna parte algún árbol especial que plantases tú mismo hace tiempo?