BARCELONA.- La expansión de la Alta Velocidad por España está apartando progresivamente a los trenes de toda la vida, aquellos propulsados por una máquina y una interminable sucesión de vagones. Primero los Talgo, luego el AVE, los Alaris y ahora los Alvia, con su modernísimo sistema de cambio de ancho de vía. Ha nacido un nuevo concepto de viaje en tren. Es más, ya no viajamos en trenes, sino en cabinas de avión sobre raíles. ¿Dónde queda el romanticismo de antaño en un día como hoy, en el que Renfe cumple 67 años?
Ya no se pueden "mirar los arbolitos pasar", como decía Machado en su poema 'El tren'. Entre otras cosas, porque a 250-300 km/h resulta bastante complicado... Ha ganado la alta velocidad y, en concreto, los automotores (trenes autopropulsados dotados de una serie de vagones con dos cabinas de conducción en cada extremo, como el AVE) y los Talgo (cuyo servicio se denomina Altaria).
Las largas sucesiones de vagones tirados por potentes locomotoras 252 y 269 de antaño están condenados a desaparecer. En otras palabras, los servicios Alvia y AVE están ahogando progresivamente a rápidos, expresos y Estrellas. La nueva Renfe se ha renovado para trasladar a ejecutivos de Madrid a cualquier lugar (claro, porque aunque la Renfe de ahora no tenga nada que ver con la que unificó Franco en la posguerra, no ha renunciado a su marcado carácter radial). La diferencia de anchos de vía en España (el convencional, de 1.686 mm, que ocupa la mayoría de la red, y el UIC, de 1.435 mm, exclusivo de las redes AVE) va arrinconando al viajero común con destino a los pequeños pueblos de nuestra geografía. Él ya no tiene cabida; no debe de ser rentable...
Hasta 2010, Renfe tiene previsto destinar 4.436 millones de euros a adquisición de nuevo material, la mayoría destinado a la adquisición de convoyes CAF de la serie 120, comercialmente denominados Alvia y Velaro (el AVE fabricado por Siemens, perteneciente a la serie 103, que complementarán a la serie Talgo 102 de alta velocidad (que los aficionados denominan "patos". La única excepción la encontramos en la nueva locomotora 253, miembro de la familia Traxx de Bombardier y principalmente destinada a la tracción de trenes de mercancías, y en el refuerzo de las unidades de negocio de cercanías y regionales, esas grandes olvidadas... El futuro no contempla el refuerzo del parque de vagones 'convencionales' (los populares diezmiles). Todo responde a una lógica idea: rentabilizar la enorme inversión en redes de alta velocidad, lo que obliga a recurrir a trenes con cambio de ancho de vía, opción que sólo ofrecen los Alvia y los Talgo.
A los amantes de los trenes nos hacen una buena faena. Nuestras fotos abandonarán la variedad de antaño, con aquellos convoyes multicolores tirados por locomotoras de mil diseños, para convertirse a la nueva religión del 'todo unificado', con interiores estándar que impiden diferenciar a Talgo de AVE o Alvia, con colores uniformes y hasta imágenes exteriores uniformes. A los que añoren los viajes de antaño, también. Me atrevo a preguntar: ¿cómo encajarán este duro revés los aficionados a los trenes?