¿Por qué pillamos la gripe cada año?

El virus de la gripe es el maestro del disfraz. Sólo gracias a su constante cambio de aspecto externo logra engañar a nuestras defensas y burlarse de las vacunas al poco tiempo.

Siempre andan al acecho, sea en invierno o verano, los virus de la gripe están ahí. Pero es con la presencia de las bajas temperaturas. en otoño e invierno. cuando la transmisión e infección se favorece, causando epidemias. No se tiene totalmente claro porqué esto es así. Una de las hipótesis más razonables es que las óptimas condiciones para la vida del virus sean esas bajas temperaturas que le permiten vivir más y propagarse mejor.

Otra hipótesis menciona que tiene que ver con nuestras vías respiratorias. En ellas tenemos unos pequeños cilios que hacen de escobillas, arrastrando el moco con virus y porquería incrustados para eliminarlos al exterior o hacia el esófago (y de ahí al estómago) para digerirlo. Resulta que estos cilios "barren" menos cuanto más bajas sean las temperaturas y, por tanto, es más fácil que se produzca una infección.

Sea cual sea la razón, lo cierto es que millones de personas en todo el mundo no se libran de la gripe. Da igual que la pasaras el año pasado o que también te vacunaras, tras un tiempo volverás a ser vulnerable y la volverás a pillar. Todo eso gracias a su capacidad para cambiar de aspecto (o disfraz) como ahora veremos.

El virus de la gripe tiene una envoltura que lo recubre y que es la parte más externa de éste. Lo podéis ver en ambas fotografías, es la estructura esférica de color verde claro (obviamente, los colores de las imágenes son artísticos, no reales). Sobre esta envoltura se encuentran unas moléculas de proteínas llamadas hemaglutinina y neuroaminidasa (son los "pinchos" sobre la envoltura) que tienen unas funciones indispensables para el virus. Por un lado, la hemaglutinina permite al virus unirse a las células del cuerpo humano para infectarlas. Por otro lado, la neuroaminidasa permite que, tras la multiplicación de virus dentro de una célula, éstos se liberen fuera de ella.

Ironías de la microbiología, justamente estas proteínas que permiten al virus de la gripe transmitirse y causarnos la enfermedad son, a su vez, su mayor debilidad. Y es que nuestro sistema inmunitario lo detecta y ataca gracias al reconocimiento de esas mismas moléculas. Cada vez que entramos en contacto con un nuevo virus de la gripe, padecemos la enfermedad pero al mismo tiempo nuestro sistema inmunitario aprende y memoriza estas moléculas (hemaglutinina y neuraminidasa) para atacar masivamente la próxima vez que se encuentre con éstas y así, podemos encontrarnos con el virus de la gripe, pero no llegaremos a padecer la enfermedad.

Esta memoria inmunológica se debe a la producción de unos anticuerpos específicos y a una reserva de linfocitos (células defensivas) que han sido "entrenados" especialmente para luchar contra la gripe reconociendo la hemaglutinina y la neuraminidasa tras la batalla de la primera infección.

Sin embargo, el virus tiene un as en la manga. Si tras la primera infección ya es débil porque las células defensivas del cuerpo humano ya están "entrenadas" al reconocer su hemaglutinina y neuraminidasa específicos, lo que el virus va a hacer es cambiarlas cada poco tiempo debido a mutaciones en su código genético. Es como si cambiara de disfraz, los linfocitos y anticuerpos ya no los reconocen y pareciera como si fuera la primera vez que se encuentran con el virus de la gripe.

Gracias a este mecanismo, se convierte en un hijo de la gran puta (con perdón) siendo capaz de infectar a millones de personas cada año y provocando la muerte de aquellas más débiles. Las vacunas sólo funcionan mientras el virus no mute, ya que están diseñadas para mostrar el "disfraz" (hemaglutinina y neuraminidasa) principal y predominante de todas las cepas de virus de la gripe para que nuestras defensas lo reconozcan. En cuanto el disfraz cambia y es viable para infectar, la vacuna se va a tomar por saco. Aunque ahora se está experimentando con una vacuna que trata de abarcar todos los disfraces y así no sería necesaria una vacunación anual.

Y no vayáis a pensar que se trata de un virus inofensivo. Cada ciertas décadas, el virus de la gripe sufre una "gran mutación" y provoca grandes epidemias con muchísimas muertes: La gripe española cerca de los años 20, la gripe asiática a finales de los años 50 y la gripe de Hong Kong a finales de los 70 son sólo algunos ejemplos. Millones de muertes que se producen cuando la gripe le da por cambiar todo su vestuario y nuestras defensas no son capaces de hacerles frente. ¿Será la gripe aviar la futura gran epidemia? Puede que sí o puede que no. Lo que está claro es que cada ciertas décadas la gripe estará ahí para matar a miles o millones de personas. No es alarmista en absoluto decir que es sólo cuestión de tiempo.