España derrotó a Lituania (91-86) y se clasificó para la segunda final de su historia. Pau Gasol y Rudy Fernández fueron los mejores del partido en el que el seleccionador español, Aíto García Reneses, dio una lección magistral de dirección de equipo.
El técnico madrileño, a diferencia de alguno de sus inmediatos predecesores, estuvo a la altura de una semifinal olímpica, planteando un partido que, por momentos, estuvo cuesta arriba.
España salió a por todas desde el salto inicial. Raúl sustituyó al lesionado Calderón en la dirección del equipo, en el que Rudy Fernandez y Pau Gasol eran los principales referentes. Cargando el juego ofensivo en el pívot catalán, España cargó de faltas a los hombres interiores del conjunto báltico.
A fin de parar a los dos mejores jugadores lituanos, Jasikevicius y Siskauskas, Aíto decidió arriesgarse, doblando las defensas sobre los dos cracks lituanos, a riesgo de favorecer los puntos de jugadores secundarios, como el pivot Robertas Javtokas.
Con España en plena rueda de cambios, Lituania encontró el mejor remedio para superar la presión defensiva española. Anuladas las opciones de tiros cómodos de Jasikevicus, fue el nuevo jugador del DKV Joventut, Simas Jasaitis quién lideró la remontada báltica. Seis triples consecutivos del conjunto entrenado por Batautas dieron la vuelta a un partido que España iba dominando con claridad . Del 28-20 se pasó a un increíble 36-42 que dejaba muy tocados a los españoles. Los lituanos, que seguían cargándose de faltas, se daban con un canto en los dientes por la clara ventaja, que España consiguió reducir a sólo dos puntos al descanso (40-42).
Tras la reanudación, España y Lituania se enzarzaron en un partido intenso, duro, con los jugadores más luchadores de ambos equipos destacando sobre los cracks. Felipe Reyes, por España, y Javtokas por Lituania, fueron los mejores de un periodo en el que la dureza báltica se imponía sobre el talento español. La excesiva permisividad arbitral ocasionó que un choque de Kristafs Lavrinovic sobre Rudry Fernández casi le dejara KO para el resto del partido, lastrando a una selección en la que Navarro ni estaba ni se le esperaba.
Aíto, que entonces parecía empecinado en una defensa demasiado arriesgada, dio un giro radical, situando una defensa zonal tradicional, la 2-3, con Felipe como referente en el centro, y Pau Gasol, apartado en una esquina. Lo que parecía un suicidio del técnico madrileño, situarse en zona ante un equipo con 8 tiradores excelentes, no fue más que el inicio del fin de Lituania. A pesar de conceder mayor libertad a Jasikevicius y Siskauskas, ninguno de los cracks estuvo a su nivel. Quizás tantos minutos jugando un papel secundario lastraron a dos de los jugadores con mayor talento del viejo continente.
Así, España dio la vuelta al partido, apoyada en sus dos únicos referentes ofensivos, Pau y Rudy. El constante flujo de balones al catalán forzó la eliminación consecutiva de Petravicius y Lavrinovic, lo que unido a la infantil eliminación de Linas Kleiza por doble falta antideportiva, termino de sentenciar a Lituania.
España acabó ganando el partido, no sin el típico susto final, esta vez por falta de concentración de Rudy Fernández. Lituania vuelve a caer derrotada ante España, como le ha ocurrido en todos los partidos oficiales desde la final del Eurobasket 2003.
Ahora España se enfrentará en la final a Estados Unidos, que derrotó a Argentina en la otra semifinal por 101 a 81.
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