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La noche mágica de Torres

Por estheruky
Actualizado 29-06-2008 23:38 CET

Entró al vestuario con gesto serio. Estuvo callado mientras se calzaba las botas. Cogió aire mientras se ponía la camiseta y se sentó para ponerse la cinta del pelo. Mientras calentaba con el equipo no paraba de morder el cordón de los cascos. Tenía los labios rojos de tanto chupárselos. Estaba nervioso. Llevaba esperando este partido toda su vida. Era el momento del nueve de España y él lo sabía. Fernando Torres marcó un gol épico en el minuto 33 del encuentro. Lo logró con garra, con lucha y con una gran técnica. Levantó al estadio y enloqueció a España. Ese gol le ha valido a España el título de campeón de Europa. Bravo Niño Torres.

Un año antes había hecho las maletas, había guardado la equipación colchonera en un cajón de su cuarto y se había comprado un billete de avión para Liverpool. Fernando Torres ha vivido un año de ensueño. Ha marcado 33 goles a las órdenes de Rafa Benítez y se ha proclamado campeón de Europa. Sólo había conseguido un gol en los cinco partidos anteriores, esta noche ha marcado el gol de su vida.

Ningún aficionado podrá olvidar la generosidad de Torres en el primer gol ante Rusia. No se llenó de gol, ni se limitó a mirar a la portería. Por el rabillo del ojo vio a Villa y le dio el pase perfecto. Villa hizo hat-trick en ese encuentro mientras el delantero del Liverpool terminó viendo el partido en el banquillo. Pero no fue tan malo como parece. La conexión Torres-Villa ha sido única y, fuera de individualidades, lo importante es mirar el número en el marcador de España, no el nombre del que empujó el balón en la red.

El mismo sueño llevaba repitiéndose varias noches. Torres se había estrenado ante Suecia en la Eurocopa y soñaba con emular a Marcelino y marcar el tanto de la victoria ante Alemania. Pues bien, lo logró. Torres quería brindar a España la segunda Eurocopa de la historia, 44 años después, y bajar las escalerillas del avión en Barajas con el trofeo en la mano. Un sueño hecho realidad.

Torres no ha jugado peor en la selección que con su club. No ha peleado menos. No ha sudado menos. Y mucho menos se ha esforzado menos. Simplemente el juego es totalmente diferente. Con la selección española no tenía que esperar en el área como con los Reds, con Aragonés había de buscar y bajar líneas para tocar con los centrocampistas. El trabajo ha sido distinto. Las oportunidades han sido inferiores. Pero es un luchador nato, tiene olfato de gol e instinto de delantero. Esta noche ha sido su noche. La suya y la de toda España. Él lo sabía, llevaba toda la vida esperando este momento y semanas soñándolo. Por fin el sueño se cumplió. Lehmann no pudo parar al huracán Torres. ¡España, campeona de Europa!

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