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VIII cosas que no sabías (ni sabrás) del aiFoun

Por obdriftwood
Actualizado 23-05-2008 20:10 CET

Así que por fin tienes tu aiFoun. Lo tomas en tus manos, lo sopesas, limpias con tu impoluta saliva esa pequeña mota de polvo en su cubierta plateada, repasas con la uña el logo de la mandarina por si acaso se ha colado una pelusa, has comprado todos los productos necesarios para mantener la pantalla como un espejo y te dispones a explorar sus innumerables funciones por el método de prueba y error. Sin manual, por supuesto; el manual es para los cobardes y para aquellos con un porcentaje de frikismo inferior a 73 puntos (en octal)... ¡¡¡Craso error!!! Acabas de esquivar sin pretenderlo la entrada al paraíso. ¿Sabes la cantidad de features, gadgets, widgets, plugins, follogüers y frinfles que te estás perdiendo por esa actitud displicente? Evidentemente no, de lo contrario no estarías leyendo este artículo, diseñado para que no te pierdas ninguna, pero ninguna, de estas VIII cosas que no sabías (ni sabrás) sobre tu aiFoun.

1. Tu aiFoun está convenientemente preparado para un agotamiento repentino de la batería. Bajo la guarda de poliuretano que rompiste con las prisas al abrir la caja, hay algo semejante a una llave Allen, pero que en realidad es una manivela. Convenientemente introducida o insertada en el bujero de los auriculares, y moviéndola en el sentido contrario a las agujas del reloj, dispondrás de la energía suficiente para guardar tus datos, enviar ese correo urgente o descargarte de estrangis el último éxito de Falete, que es lo que en el fondo acabarás haciendo, golfillo.

 2. Tu aiFoun puede sincronizarse con tu aiPof Tach. De hecho, si miras atentamente a los dos, verás como cuentan chistes de Lepe a la vez. Además, comprueba que dan la misma hora sólo con siete minutos de diferencia entre ellos. ¡Ideal para los amantes del remoloneo matutino!

3. ¿Tu aiFoun no tiene suficientes widgets? Infeliz... Abre el aparato y sácale la batería. Ahí, bajo el circuito principal (ese que en las películas sirve para ser destrozado y cargarse al malo), verás unas laminillas adhesivas, vulgo pegatinas, con iconitos que podrás pegar en la pantalla y presumir de hiperactivo. Hay cuatro diferentes, y cada una tiene dieciséis iconos... ¡colecciónalas!

4. Tu aiFoun es capaz de enviar y recibir correo electrónico aunque no tengas amigos. Sólo tienes que darte de alta en el servicio punto aiFrén y por el módico precio de cuarenta lebros mensuales tendrás incluso tu propio spam personalizado, listo para ser filtrado por la fascinante y modernísima aplicación aiMeil... ¿No encuentras el icono? ¡Pues usa las pegatinas, despistado!

5. Tu aiFoun no sólo navega por internet, también puede hacerlo por un lago, un río, o incluso un mar razonablemente espeso. La página doscientos cincuenta y dos de las instrucciones, esa cuadriculada que pone "notas", tiene unas líneas trepadas, casi imperceptibles, pero que convenientemente dobladas permitirán el milagro de la creación: un estupendo barquito con el que surcar las procelosas extensiones de agua. "Pero hay otra hoja de notas, en la página doscientos cincuenta y tres", argüirá el avispado lector. Naturalmente, naturalmente... ¡qué sería de un aiFoun capitán sin su gorra o aiCap (teeme) !

6. Tu aiFoun viene con una cuenta de Tuiter (teeme también) preinstalada con cuarenta follogüers. Y ninguno de ellos es E. Dance.

7. Tu aiFoun trae una fundita de tela que parece terciopelo pero raspa, como todos los cacharritos que se parecen a tu aiFoun. La diferencia es que ésta tiene dos agujeros y es elástica y estirable, para que la puedas usar a modo de capucha y aparecer oculto en el mésenye. O en el aiChá, que no sirve para nada pero es bonito.

8. Y, para terminar, eso que ves que gotea no es una fuga de la batería: Tu aiFoun hace café. Americano, pero nadie es perfecto.

Otis B. Driftwood

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