Aunque hubo algún incidente, nada comparado con los disturbios del domingo después del partido, donde hubo 25 detenidos, saqueos de tiendas y numerosos destrozos de mobiliario urbano. 1.700 polícias, obsesionados con la idea de que nada podía fallar, se encargaron de la seguridad de la fiesta por tierra y aire. Sólo hubo alguna avalancha para tirar vallas y conseguir ver un poco mejor al paso de los autobuses, pero nada grave. Los jugadores iban acompañados de un cordón policial digno del mismísimo presidente Obama.
Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.