Dentro de la úlcera sangrante que es la guerra de Afganistán, que comenzó en 2001, ellos son especialmente vulnerables al dolor y a la violencia. Damos un paseo por Kandahar, el que fue uno de los bastiones talibanes, y donde la violencia sigue pendiendo como una espada de Damocles. Allí, ser niño y conservar un atisbo de inocencia en la mirada, es todo un reto.
Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.