Esta hermosa fotografía nos muestra a la campesina Augusta Guerreiro, que encarna el fenómeno de la despoblación que sufre en la actualidad la región portuguesa del Alentejo, al sur del país. Augusta, de 72 años, es una de las pocas habitantes que quedan en las cada vez más remotas y desiertas aldeas de la zona. Durante los 365 días de los últimos 53 años, esta mujer ha trabajado en sus tierras.