Una inmigrante de la etnia Rohingya de Birmania, una minoría musulmana, carga flores para vender en Ranong (Tailandia). El país asiático se ha comprometido a cooperar con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para solucionar la situación de los miles de integrantes de este grupo que cada año arriesgan sus vidas al intentar trabajar en territorios del sur de Asia. Según las autoridades tailandesas, más de 20 mil ilegales Rohingyas están viviendo en su país.
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