Es su primer mensaje a la opinión pública. Las víctimas de Josef Fritzl, el padre incestuoso acusado de haber encerrado y violado a su hija durante 24 años en la localidad austriaca de Amstetten, han dibujado una pancarta en la que muestras su agradecimiento a los ciudadanos de su comunidad por el interés demostrado desde que se destapó el caso. Elisabeth Fritzl, hija del "monstruo", y sus seis hijos permanecen internados en una clínica para pacientes especiales.