Ahmadineyad besó el Corán antes de embarcar en el avión que le ha llevado de Teherán a Bagdad, donde comienza hoy un viaje de dos días, que seguramente se verá salpicado por las acusaciones de Estados Unidos, que señala a Irán como responsable del suministro de armamento a las milicias chiíes que actúan en Irak.